Tener en cuenta la advertencia de los diputados a David Cameron para que exija recortes en el presupuesto de la Unión Europea (UE), una misión a priori imposible que podría aislar todavía más al Reino Unido y envalentonar a los euroescépticos prometió el gobierno británico.
El ministro de Finanzas conservador George Osborne y el viceprimer ministro liberal demócrata Nick Clegg ilustraron el desasosiego que reina en la coalición al día siguiente de la adopción contra pronóstico, por 13 votos de ventaja, de una enmienda más parecida a una moción de confianza.
El texto de los conservadores euroescépticos respaldados por la oposición laborista rechaza la posición de Cameron, que ya le cuesta ser marginado en Bruselas. Consiste en amenazar con vetar cualquier presupuesto comunitario para el periodo 2014-2020 que prevea aumentos superiores a la inflación.
Los diputados instan al primer ministro a endurecer el tono y exigir recortes en la cumbre extraordinaria de noviembre en Bruselas, a imagen de los que sufrió el presupuesto británico en el marco de la política de ajuste.
La votación del miércoles no era vinculante, pero se anuncia políticamente condicionante para el primer ministro, desacreditado por sus propias tropas y criticado por numerosos medios de comunicación.
"Tenemos que escuchar lo que dijo anoche la Cámara de los Comunes (...) Yo quiero una reducción del presupuesto europeo, Cameron quiere una reducción del presupuesto europeo", aseguró Osborne a la radio BBC, señalando sin embargo que el compromiso de una congelación parecía "aceptable".
Sin más detalles, aseguró que presentará al parlamento "un acuerdo satisfactorio para el contribuyente y que ponga fin al escandaloso aumento del gasto europeo".
Osborne también advirtió a los euroescépticos acerca de una escalada. Si no hay presupuesto plurianual, la UE deberá funcionar con presupuestos anuales que seguramente costarán más.