El delegado de la ONU para Siria se esforzaba este domingo para allanar el camino en las negociaciones entre el régimen y la oposición de Siria, en una jornada en la que Estados Unidos urgió a seguir dialogando, mientras un atentado cerca de Damasco reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI) dejó medio centenar de muertos.
Pese a la desconfianza expresada por ambos bandos, al final de la tarde el delegado de ONU para Siria, Staffan de Mistura, anunció que el lunes se reunirá por separado con los representantes del gobierno de Bashar al Asad y de la oposición.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, exhortó a ambas delegaciones a seguir negociando y pidió al régimen de Bashar al Asad que permita la entrada de ayuda humanitaria en las ciudades sirias asediadas.
De Mistura espera llevar a la delegación de Damasco y a la de la oposición a un proceso de diálogo indirecto que duraría seis meses, el plazo impuesto por la ONU para abrir un proceso de transición que concluiría con elecciones a mediados de 2017.
El delegado de la ONU se declaró "optimista", pese a que durante la jornada ambas declaraciones se lanzaron duras críticas.
En una rueda de prensa en Ginebra, el embajador sirio ante la ONU, Bashar al Jaafari, quien encabeza la delegación del régimen, dijo que Damasco quiere "poner fin al baño de sangre", pero considera que la oposición no está siendo "seria".
El principal grupo de oposición, que vaciló durante días antes de aceptar participar en estas negociaciones, afirmaba que no se unirá formalmente a las conversaciones a menos que se levanten los sitios en varias ciudades sirias, se detengan los bombardeos contra civiles y se liberen a prisioneros.
"Vinimos a Ginebra únicamente después de que se firmaran compromisos escritos de que habrá progresos en los temas humanitarios", dijo Basma Kodmani, portavoz del Alto Comité de Negociaciones (ACN, oposición).
"Estamos aquí para mantener negociaciones políticas, pero no podemos iniciarlas hasta que nos concedan estas demandas", dijo Kodmani a la prensa en Ginebra.
El delegado del régimen respondió que quienes establecen condiciones previas a las negociaciones "están violando el acuerdo preparatorio de la ONU".
Este domingo, el líder de la organización insurgente siria Ejército del Islam, Mohamed Allush, anunció que concurrirá a Ginebra como jefe negociador de los rebeldes.
"Estoy de camino. Voy a ser el jefe negociador", declaró Mohamed Allush, que espera estar en Ginebra el lunes.
- Ataque en Damasco -
Pese a los esfuerzos diplomáticos, la violencia en el terreno no da tregua. El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó este domingo una triple explosión cerca de una mezquita chiita al sur de Damasco que dejó al menos 50 muertos y 110 heridos.
Un coche bomba estalló frente a una estación de autobuses cerca de la mezquita de Sayeda Zeinab, al sureste de la capital siria, informó la agencia Sana. Luego dos kamikazes se hicieron estallar cuando la gente se comenzó a congregar en el lugar de la explosión, dejando 110 heridos.
"Dos soldados del califato llevaron a cabo operaciones en una guarida de infieles en la zona de Sayeda Zeinab, matando al menos a 50 personas e hiriendo a 120", dijo el grupo radical sunita.
La organización Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido, subió el balance de fallecidos a 63, de los cuales 29 son civiles. Según la ONG murieron 5 niños y 25 milicianos chiitas extranjeros.
Para la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, este tipo de ataques están claramente orientados a "perturbar los intentos para iniciar un diálogo político".
Sumándose a la grave situación humanitaria, Médicos Sin Fronteras (MSF) anunció el sábado que en la ciudad siria de Madaya, cerca de la capital Damasco, 46 personas han muerto de hambre desde el 1 de diciembre. Esta ciudad de 40.000 habitantes está sitiada por las fuerzas del régimen.
Además de Madaya, otras 13 localidades están asediadas por el gobierno pero también por rebeldes o yihadistas del Estado Islámico (EI), según la ONU.
Los civiles son además víctimas de bombardeos del ejército leal a Bashar al Asad y de Rusia, su principal aliado, que según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) ha matado a 1.400 civiles desde el inicio de su ofensiva aérea el 30 de septiembre.
La guerra en Siria ha dejado desde marzo de 2011 más de 260.000 muertos y empujado al exilio a millones de personas.