Detrás del éxito diplomático del papa Francisco para la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, se perfila la labor discreta del secretario de Estado del Vaticano, el cardenal italiano Pietro Parolin, un experto en América Latina y China.
El purpurado, de 59 años, relativamente joven para el delicado cargo que ocupa, es en realidad un veterano con casi 30 años de experiencia diplomática, tras formarse en una de las redes más prestigiosas y eficaces del planeta.
Parolin goza además de la total confianza del papa latinoamericano, que lo invitó a formar parte también del llamado C9, los nueve purpurados que lo asesoran para la reforma de la Iglesia.
La mano derecha del papa, que pasó cuatro años como nuncio en Venezuela, donde intentó tejer un acercamiento entre el fallecido presidente Hugo Chávez y la iglesia conservadora local, es la persona flexible que Francisco necesita.
Licenciado en Derecho Canónico, diplomático del Vaticano desde 1986, con largos servicios en Nigeria y en México y siete años de experiencia en Roma como viceministro de Relaciones con los Estados, ha contado con la colaboración del número tres, monseñor Angelo Becciu, ex nuncio en Cuba, quien preparó la visita de Benedicto XVI a la isla en 2012.
Los dos diplomáticos, que hablan corrientemente español, inglés y francés, conocen bien las problemáticas de América Latina, elemento clave para el éxito de la mediación entre Washington y La Habana/AFP.