El parlamento danés adoptó el martes, por una mayoría de 81 votos sobre 109 presentes, la criticada reforma a la ley de asilo, que tiene como objetivo disuadir a los demandantes de asilo de probar suerte en el país, y que prevé medidas como la confiscación de haberes.
El texto, presentado por el gobierno del primer ministro liberal Lars Løkke Rasmussen y apoyado por todas las formaciones de derecha, establece un recorte de los derechos sociales de los migrantes y prolonga los plazos para la reagrupación familiar y la concesión del permiso de residencia permanente.
Después de poco menos de cuatro horas de debate, el texto presentado por el gobierno del primer ministro liberal Lars Løkke Rasmussen, fue aprobado, en una votación en la que 70 parlamentarios se ausentaron, 27 votaron en contra y uno se abstuvo.
Después de que la derecha anunció a principios de enero un acuerdo con los socialdemócratas, la principal formación de oposición, la votación del martes fue un trámite que permitió a los parlamentarios ecologistas y de partidos de extrema derecha expresarse.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) dijo antes de la aprobación que el texto alimenta "el miedo y la xenofobia", y la confiscación de bienes llamó mucho la atención en el extranjero, tanto que el diario Washington Post no tardó en hacer un paralelismo con la expoliación que sufrieron los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
"Mientras el mundo no se una y no se encuentre una solución común, Dinamarca debe actuar", respondió a las críticas el diputado liberal Jakob Ellemann-Jensen. /AFP