Al menos 26 personas murieron y varias decenas resultaron heridas el lunes en ataques en el centro de Irak, incluidos dos atentados suicidas contra puestos de control de la policía, indicaron fuentes médicas y de seguridad.
El ataque más mortífero ocurrió en la zona de Suweirá, al sur de Bagdad, donde un kamikaze hizo estallar un vehículo cargado de explosivos en un puesto de control policial, matando al menos a 13 personas e hiriendo a 35. Esto ocurrió hacia las 11H00 locales (08H00 GMT).
Otro atentado suicida con coche bomba contra un puesto de control en Madain mató al menos a dos personas e hirió a cinco, y hombres armados mataron a una persona de un disparo e hirieron al menos a otra en Latifiyah, indicaron responsables.
Además, otros dos coches cargados de explosivos fueron activados, uno en una calle de Sadr City, un barrio comercial al norte de Bagdad, y el otro en Chaab, otros vecindario de la capital, provocando 7 muertos y 21 heridos en total.
Estos ataques tuvieron lugar un día después de que un atentado suicida en una universidad de Bagdad causara al menos 16 muertos.
Por otra parte, la cercanía de las elecciones legislativas del 30 de abril ha fortalecido el discurso comunitario de cada partido, lo que no contribuye a apaciguar las tensiones.
Se trata de las primeras elecciones legislativas desde que se retiraron las tropas estadounidenses, a fines de 2011.
Por su parte, el emisario de la ONU en Irak, Nickolay Mladenov, denunció el lunes el ataque contra la universidad, gestionada por un organismo religiosos chiíta, como un intento de atizar las tensiones confesionales.
"Es un nuevo ejemplo de violencia confesional a la que la población debe oponerse para que pueda reestablecerse la calma en el país, y esto ocurre cuando los iraquíes se preparan para dirigirse a las urnas dentro de algunos días", señala el responsable en un comunicado de Naciones Unidas. "El blanco fue elegido para incitar al odio confesional", añade.
Irak se ha sumido en una espiral de violencia que ha provocado 490 muertos durante lo que va del mes de abril y más de 2.700 desde el comienzo de este año, según un balance establecido por la AFP sobre la base de informes policiales y de fuentes médocas.
Durante las elecciones provinciales, que tuvieron lugar el año pasado, las fuerzas de seguridad habían logrado un relativo control de la violencia.
Pero, actualmente, el ejército y la policía no logran poner fin a los cotidianos actos violentos, alimentados por el conflicto en la vecina Siria y por el sentimiento de discriminación de la minoría sunita iraquí frente a la política de las autoridades chiítas.