El expresidente ejecutivo del banco portugués Espirito Santo (BES) Ricardo Salgado fue detenido e inculpado el jueves en el marco de una investigación por blanqueo de dinero, un escándalo explosivo para la primera entidad bancaria del país, que intenta recuperar la confianza de los inversores.
Salgado, de 70 años, fue detenido en su casa en las afueras de Lisboa y salió en libertad bajo fianza tras ser interrogado cerca de siete horas por un juez de instrucción que investiga la mayor red de blanqueo de capitales en Portugal, con destino Suiza, precisó la fiscalía general a la AFP.
La operación judicial llamada Monte Branco (Monte Blanco) arrancó en 2011.
Otro golpe duro para el BES, su principal accionista, el holding familiar Espirito Santo Financial Group (ESFG), reconoció este lunes que no puede pagar sus deudas y pidió acogerse a un concurso de acreedores ante un tribunal de Luxemburgo.
BES es el número uno del país en cotización bursátil, y su viabilidad no está en peligro, según el Banco de Portugal (central) y el gobierno.
El Grupo Espirito Santo es uno de los principales emporios financieros y empresariales del país, con una deuda oficial de más de 7.000 millones de euros.
Varias empresas del grupo familiar Espirito Santo se encuentran en graves dificultades financieras, y sus sedes fueron registradas por la policía el miércoles.
El anuncio de la detención de Ricardo Salgado, conocido en Portugal como "Dono Disto Tudo" (el dueño de todo esto), cayó como una bomba en la sede del banco, avenida da Liberdade en Lisboa, que no fue registrada.
Salgado fue apartado del timón de la entidad el 20 de junio tras el descubrimiento en mayo pasado de irregularidades contables en el seno del holding Espirito Santo International (ESI) que pertenece al grupo, y fue sustituido por el reputado economista Vitor Bento.
Incapaz de saldar sus deudas, ese holding fue colocado el martes bajo un régimen de gestión controlada por el tribunal de comercio de Luxemburgo, donde tiene su sede.
En diciembre de 2012, Salgado había testificado voluntariamente ante las autoridades. El ministerio público estimó entonces que el patrón del BES no era sospechoso y no encontró índices de fraude fiscal.
Cuando Bento asumió las riendas del BES, el pasado 14 de julio, se acabó toda una época de control absoluto del clan familiar de la entidad. La familia tuvo que ceder el 5% de su participación para pagar sus deudas.
La familia sigue siendo sin embargo el principal accionista del banco, con un 20,1% del capital. El banco francés tiene el 14,6%.
En Luxemburgo otro holding del grupo, Rioforte, también pidió el pasado martes acogerse a la tutela judicial para sanear sus cuentas.
El holding no pudo pagar 897 millones de euros de deuda con el grupo Portugal Telecom. El operador telefónico amenazó con recurrir a la justicia para obtener el reembolso.
El BES garantizó el viernes "el reembolso" de todos los títulos de deuda de Rioforte y ESI adquiridos por clientes particulares en su red bancaria.
El banco había cifrado a principios de julio el monto de esos títulos de deuda en 342 millones de euros en el caso de Rioforte y de 255 millones en el caso de ESI.