El primer ministro japonés, Shinzo Abe, consideró que el Consejo de Seguridad de la ONU debería mostrar pruebas de "determinación" contra el programa nuclear de Corea del Norte, durante una llamada telefónica con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Según el portavoz de Naciones Unidas, Martin Nesirky, Ban llamó el martes por la noche a Abe para felicitarlo por su designación y expresarle "su preocupación ante la utilización de armas nucleares por parte de Corea del Norte (..) y la situación humanitaria en ese país".
Abe "ha reconocido la necesidad de que el Consejo de Seguridad actúe con determinación" sobre este asunto, agregó Nesirky. "El primer ministro también se ha declarado dispuesto a trabajar para la mejora de la situación de los derechos humanos en Corea del Norte", dijo.
Japón es un aliado clave de Estados Unidos, que está peleando para persuadir a China de que apoye eventuales sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU en contra de Pionyang.
El Consejo de Seguridad "condenó" en diciembre el lanzamiento de un cohete norcoreano y decidió proseguir las discusiones para encontrar una "respuesta apropiada". A pesar de las presiones de Washington a favor de nuevas sanciones contra Pionyang, China permanece reticente a sancionar a su aliado norcoreano.
Ambos países negocian "al más alto nivel", según un funcionario diplomático de la ONU, China afirma que "el régimen (del dirigente norcoreano Kim Jong-Un) es nuevo y hay que darle tiempo". Pekin está dispuesto a aceptar que el Consejo adopte una simple declaración, y no una resolución, pero los representantes de Occidente consideran que esto transmitiría una señal de debilidad a nivel internacional.
Por su parte, Estados Unidos no ha decidido aún si propondrá al Consejo un proyecto de resolución, que China podría bloquear haciendo uso del veto como miembro permanente del Consejo. "Todavía se encuentran en la etapa de negociación con China, con la esperanza de que se produzca algún cambio", dijo el enviado.
Corea del Norte lanzó exitosamente el 12 de diciembre un cohete Unha-3 encargado de poner en órbita un satélite civil, en una misión puramente científica, según declaró.
Pero buena parte de la comunidad internacional, con Washington a la cabeza, considera que se trata de un ensayo disfrazado de disparo de misil intercontinental, etapa clave en el programa nuclear militar del país.