El régimen sirio envía refuerzos militares contra los rebeldes pese a su promesa de aplicar de inmediato el plan de paz de Kofi Annan, emisario de la Liga Árabe y la ONU, que enviará a Damasco a un equipo para preparar una misión de observadores.

La embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, advirtió que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas deberá reaccionar "con mucha rapidez y vigor" si el régimen sirio no cumple sus promesas.

La violencia se cobró otros 44 muertos este martes, entre ellos 31 civiles. Los enfrentamientos eran intensos en los bastiones insurgentes del sur, el noroeste y la provincia de Damasco.

Según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG, el régimen envió tropas a la provincia de Deraa (sur), y a Zabadani, cerca de la capital. El ejército lanzó asaltos también en Homs (centro) y bombardeaba la localidad cercana de Rastan.

Y ello pese a que Damasco prometió ayudar la misión del jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Jakob Kellenberger. Éste se encuentra de visita en Siria para intentar acelerar la entrega de ayuda a las "personas vulnerables" afectadas por la violencia.

Kellenberger expresó al ministro sirio del Interior su deseo de acceder a los centros de detención en Siria.

Según los militantes, la situación humanitaria se ha agravado con las exacciones de las fuerzas gubernamentales contra la población.

"Como parte de su política de dejar al pueblo hambriento, asaltan las casas y destruyen las provisiones almacenadas en los pueblos", dijo Sayyed Mahmud, un militante de Deraa. "Esas fuerzas entran en las panaderías y destruyen la pasta tirándola a la calle", dijo, añadiendo que "la electricidad está cortada 15 horas al día".

Por su lado, Amnistía Internacional criticó que el gobierno sirio "no ha informado sobre la manera con la que piensa aplicar los demás puntos del plan (de Annan), incluido su compromiso de acelerar (...) la liberación de todas las personas detenidas arbitrariamente".

El plan de Annan preconiza el cese de la violencia por todas las partes bajo supervisión de la ONU, la distribución de ayuda humanitaria en las zonas afectadas por los combates, la liberación de las personas detenidas arbitrariamente, y la libertad de circulación de la prensa en el país.

Pese a que la violencia continúa, un equipo de la ONU viajará a Siria dentro de 48 horas para preparar el despliegue de los observadores que deben vigilar el cese de hostilidades, anunció el portavoz de Kofi Annan.