La tasa de reincidencia de la población carcelaria puede llegar a ser de 7 por cada 10 personas, en tanto que en el caso de la población desmovilizada en proceso de Reintegración la cifra es inversa, 7 de cada 10 desmovilizados se mantienen en la legalidad.
Así lo concluyó a través de un comunicado la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) a propósito del informe ‘Retorno a la legalidad o reincidencia de excombatientes. Un estudio sobre la dimensión del problema y factores de riesgo en Colombia’, elaborado por la Fundación Ideas para la Paz (FIP) con el respaldo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia.
Para la ACR una persona desmovilizada en Reintegración cuesta al año la tercera parte de lo que cuesta un preso en Colombia (persona en proceso de Reintegración: 4 millones de pesos al año Vs preso: 13 millones al año).
La ACR cuenta con una experiencia acumulada durante los últimos 10 años con población de guerrillas y autodefensas, en un proceso que se ha mejorado continuamente y con una capacidad institucional que hoy hace presencia en todas las regiones de Colombia a través de 32 grupos territoriales y está lista para recibir los desmovilizados de la firma de un eventual proceso de paz.
Baja reincidencia
Entre los principales resultados del estudio está que el 76 por ciento de la población desmovilizada no es reincidente. Es decir 7 de cada 10 se mantienen en la legalidad.
Sólo el 5,44 por ciento de los participantes en el estudio manifestaron haber pertenecido a algún grupo ilegal posterior a su desmovilización.
El 54 por ciento de la población reintegrada no ha sido abordada con fines de reclutamiento. El 36 por ciento ha sido abordado pero no tentado y solo el 10% de la población ha sido abordado y tentado para ser reclutado luego de su desmovilización.
El 10 por ciento de la población desmovilizada que ha reincidido lo ha hecho como parte de un grupo.
Se puede afirmar que romper las redes sociales de excombatientes es significativo para evitar la reincidencia. La ACR a través del fortalecimiento sicológico y trabajo con familias, genera entornos protectores.
La población que se reintegra en las regiones en las que desarrolló su actividad delictiva, tiene más posibilidades de reincidir que la que no.
El proceso de Reintegración es el factor de contención más importante frente a la reincidencia.
Los procesos de Reintegración en Colombia son más exitosos de lo que plantean los críticos.
Otros procesos de Resocialización en el mundo, muestran que Colombia es el más exitoso si se compara con otro procesos en Centro América y África, dónde más del 50 por ciento de los excombatientes han reincidido.
Éxitos y carencias
De acuerdo con una reseña del informe, elaborada por el portal Verdad Abierta, los procesos de paz y reintegración en Colombia son más exitosos de lo que plantean los críticos.
El análisis evaluó la situación de 1.158 desmovilizados en todo el país provenientes de grupos paramilitares y guerrilleros. De acuerdo con los hallazgos, el 76 por ciento de ellos, es decir, 880 personas, no ha vuelto a incurrir en crímenes, mientras el 24 por ciento, 278 personas, sí lo ha hecho.
Al respecto, el informe, coordinado por María Victoria Llorente, directora ejecutiva de la FIP, y Sarah Zukerman, investigadora principal y profesora asistente de la Universidad de Notre Dame, reitera que si bien ha habido procesos exitosos de reintegración de combatientes a la vida civil, aún queda mucho trabajo por hacer.
“Entender los factores de riesgo asociados a un retorno a la legalidad exitoso es la mejor manera de definir los medios para prevenir que los reincidentes potenciales se conviertan en reincidentes comprobados”, señala el documento y destaca que se requerirán algunas mejoras para responderle a los combatientes de las Farc y el Eln que puedan desmovilizarse si se logran concretar los proceso de paz que se adelantan con el Gobierno nacional.
Llorente le aseguró al portal, a propósito de ese 24 por ciento de reincidencia, “que es una cifra muy distinta a lo que pasa en otros procesos, y no es una muestra de lo que muchos dicen que los desmovilizados están reincidiendo, jugando mal al proceso de paz”.
La coordinadora de este estudio explicó que la idea hacer este análisis surgió en el 2010, año en el cual las llamadas bandas criminales, o Bacrim, como las llamó el gobierno en su momento, tuvieron uno de sus índices de figuración más altos y se comenzó a rumorar que esto era reflejo que la mayoría de ex paramilitares había vuelto a delinquir.
“El proceso de desmovilización, desarme y reintegración, en especial el de los grupos paramilitares, ha estado muy cuestionado desde distintos frentes en los últimos casi diez años. Con mucha frecuencia se oye que todos reincidieron, que ese proyecto fue un fracaso”, explicó Llorente.
El propósito del informe, dijo la directora de la FIP, “fue hacer un trabajo para entender este fenómeno sobre el que no había casi información, solo datos de capturas de miembros de las Bacrim, de los cuales se sabían que algunos estaban en las listas de desmovilizados. Era necesario hacer un estudio con un rigor metodológico para entender un fenómeno sobre el que se hablaban generalidades”.
Los investigadores analizaron diferentes variables y encontraron que en la proclividad de los desmovilizados de volver a cometer actividades ilegales, “el 38 por ciento parecen estar firmemente en la legalidad”, y un 47 por ciento “tiene simpatía a comportamientos reincidentes”.
Otro de los hallazgos fue que el 54 por ciento no han sido abordados por grupos criminales para ser reclutados, otro 46 por ciento sí han sido contactados, y de este porcentaje el 10 por ciento “ha estado tentado a aceptar la oferta”.
El estudio señala que hay varias motivaciones durante del proceso de reinserción que repercuten en las diferentes formas de reincidencia y la aceptación de un nuevo reclutamiento, entre ellas “el nivel educativo, el dinero, un empleo estable, una vida cómoda u otros beneficios materiales; el poder, el estatus, el respeto, la venganza, el gusto por la vida militar, la aventura u otras determinaciones sicológicas, y las malas relaciones familiares”.
Otro factor de los ex combatientes con el que se analizó el grado de vulnerabilidad a la reincidencia es la experiencia en el grupo armado ilegal del que proviene, el tiempo en el grupo, el grado de disciplina interna de la unidad a la que se perteneció y la experiencia en combate. Al respecto, el informé evidenció que 20 por ciento están totalmente reintegrados, mientras el 80 por ciento tienen algún nivel de riesgo de regresar a las actividades criminales.
El informe de la FIP asegura que el regreso de los ex combatientes a estructuras armadas ilegales es una de los problemas más delicados en sociedades donde se ha vivido procesos de desmovilización y revela que, en el caso colombiano, la información de las cifras oficiales es insuficiente para “comprender la complejidad del fenómeno de la reincidencia”, entre otras razones porque no se conoce con certeza cuántos desmovilizados han vuelto a la ilegalidad y no hay datos concretos para identificar los motivos de esa reincidencia.
Con los resultados de las encuestas, la investigación concluye que la permanencia en las zonas donde delinquieron los desmovilizados da más probabilidades de que los ex combatientes reincidan por la existencia de redes integradas por ex compañeros y ex comandantes.
En ese sentido, aseveró Llorente, “el informe hace un llamado de atención muy grande sobre las redes que hay en algunas regiones y sobre las que se relacionan los desmovilizados. Además, cómo esas redes pueden apoyarlos a que se reintegren o pueden tener efecto perverso y caer en la ilegalidad”.
Según la directora de la FIP, “no se trata de aislar a quienes están en el proceso de reintegración, no es la red en sí misma, hay que indagar un poco sobre esas estructuras y hacer un mejor seguimiento de con quién anda el desmovilizado”.
En ese sentido, el estudio corrobora que el programa de reintegración es bastante eficaz para los guerrilleros, que en su mayoría se desmovilizaron individualmente y que “han entrado al programa por convicción o decisión”. Pero al otro lado están los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) que se desmovilizaron de manera colectiva bajo los acuerdos con el gobierno nacional de junio de 2003, sobre los cuales se sugirió a la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) prestar mayor atención.
“Para avanzar necesitamos pasar la página”: Eder
“Para avanzar necesitamos pasar la página”, sostuvo Alejandro Eder, director general de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), ante un amplio cuerpo diplomático de varios países, los cuales escucharon con atención la intervención que se dio durante un desayuno en la Cancillería colombiana.
“Para avanzar necesitamos pasar la página, respetando derechos de justicia y reparación, pero pensando en una Justicia Transicional. En Colombia contamos con conocimiento técnico en materia de construcción de paz, hemos sensibilizado gremios y sector privado, vamos en la dirección correcta”, comentó.
El eje central del discurso se centró en cómo la Agencia se ha abierto camino y, durante 10 años de Reintegración, ha sensibilizado al país en materia de acoger a los ex combatientes. “Colombia se ha ido adaptando, son muchas las empresas y organizaciones que nos están acompañando. Se han dado pasos muy importantes, sobre todo en los últimos cuatro años, pero debemos seguir explicando que la paz la construimos entre todos”, manifestó.