El Vaticano desmintió el jueves que el papa emérito Benedicto XVI se encuentre gravemente enfermo como aseguraron la víspera medios de prensa españoles tras aparecer muy agotado durante el histórico encuentro a finales de marzo con su sucesor, el argentino Francisco.
Los rumores sobre el grave estado de salud del primer Papa que renuncia en la era moderna se multiplicaron este mes por las dificultades que mostró al caminar, encorvado y ayudado por un bastón, para acoger el 24 de marzo pasado a Francisco en la residencia veraniega de Castel Gandolfo, donde se retiró para meditar y rezar desde el pasado 28 de febrero.
Según una veterana periodista española, autora de varios libros sobre el Vaticano, las noticias que tiene sobre el estado de salud del Papa emérito, quien aún reside en el palacio apostólico a 30 kilómetros de Roma, son "que está bastante mal" y "que tiene algo grave", sin dar mayores detalles.
Para el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, la periodista se basa sólo en las imágenes transmitidas por la televisión y partir de ellas "empezó a especular", dijo.
"El Papa asumió un pontificado difícil a una edad elevada. Era una persona anciana que tuvo que trabajar muy duro", explicó Lombardi.
Benedicto XVI cumplirá 86 años el próximo 16 de abril y desde la reunión con Francisco evita aparecer en público.
En mayo deberá trasladarse al monasterio Mater Ecclesiae, en los jardines del Vaticano, con lo que inicia una inédita convivencia entre dos Papas dentro de las murallas del Estado más pequeño del mundo.
Aún antes de su renuncia, medios de prensa aseguraban que el Papa alemán sufría de enfermedades graves, entre ellas cáncer y problemas de corazón, ya que en varias ocasiones públicas se le veía muy agotado.
Lombardi desmintió regularmente esas noticias, aunque reconoció que el Papa se quejaba de cansancio a pesar de que se esforzaba por cumplir su apretada agenda, en particular durante su último viaje a Cuba y México en marzo del 2012.