Desempleo en España llegó al 26,03% en 2013 | El Nuevo Siglo
Jueves, 23 de Enero de 2014

El desempleo en España cerró el año 2013 con una nueva subida, hasta el 26,03%, manteniéndose como el principal punto negro de una economía que acaba de volver a la senda del crecimiento pero de una forma aún insuficiente para absorber los efectos de la crisis en el mercado laboral.

España, cuarta economía de la zona euro, sometida desde finales de 2011 a unas políticas de austeridad draconianas para sanear sus finanzas públicas, no ha logrado mantener la tendencia a la baja del desempleo registrado en los dos trimestres anteriores de 2013, pese a que está saliendo de una recesión de dos años con un crecimiento aún demasiado pequeño para crear empleo.

A finales de diciembre había en España 5.896.300 desempleados, o sea 8.400 menos que en el trimestre anterior, pero, al mismo tiempo se redujo la población activa, en parte por la emigración de personas y también por el desánimo que ha llevado a muchos a dejar de buscar trabajo, lo que explicaría el contraste entre bajada del número de parados y subida porcentual del desempleo.

"Efectivamente, hay parte de la población que ante mejores perspectivas de empleo en otros países va buscando mejores perspectivas", afirmó este jueves el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez, en una rueda de prensa.

Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE), que contabiliza las personas que buscan activamente un empleo, el número de parados bajó en 69.000 personas en 2013, lo que supone que "por primera vez desde segundo trimestre de 2007 se produce un descenso anual del paro".

Sin embargo, en términos porcentuales, el desempleo se mantiene alto en el 26,03%, frente a una tasa del 25,98% que había registrado en el trimestre anterior, una de las más altas de los países industrializados.

"La cifra es esperanzadora", considera José Ramón Pin, profesor de la escuela de negocios IESE, en referencia a los 8.400 parados menos, pero recuerda que "el salario medio español también ha bajado, lo cual significa que los que están ocupados tienen menos dinero, y eso influye mucho en el consumo y dificulta la recuperación".

La crisis social sigue siendo pues profunda en un momento en que el país, doblemente golpeado en 2008 por el estallido de la burbuja inmobiliaria y el comienzo de la crisis financiera internacional, acaba de registrar un pequeño crecimiento saliendo de una recesión de dos años.

Los jóvenes siguen entre los más afectados, con una tasa de desempleo del 55,06% en la franja de edad de entre 16 y 24 años, en alza respecto a los tres meses anteriores, al tiempo que también han aumentado en 24.600 los hogares en que todos sus miembros activos están desempleados, elevando su cifra total hasta 1.832.300 millones.

La región sureña de Andalucía, que sufrió mucho por el estallido de la burbuja inmobiliaria tras basar su crecimiento en la construcción ligada al turismo, mantiene su tasa récord del 36,32% desempleo, mientras que el País Vasco, rica región industrial del norte, registra la tasa más baja con un 15,76%.

El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez, prefirió poner el foco en la caída del número de desempleados, para afirmar que "esperamos que este cambio de tendencia se mantenga de manera que en la primera mitad del año ya pasemos a registrar tasas de crecimiento del empleo brutos positivas".

"No obstante, la tasa de paro sigue siendo inaceptablemente elevada y es necesario perseverar en las reformas estructurales, perseverar en el proceso de consolidación fiscal", aseguró.

A pesar de ello, el Banco de España publicó este jueves su estimación para 2013, en las que afirma que el país "ha seguido una trayectoria de mejora gradual", a pesar de que el PIB se contrajo un 1,2% entre enero y diciembre.

En el último trimestre, el Banco de España detectó un leve progreso de la demanda interna, en punto muerto debido al desempleo.

Pero, las previsiones de crecimiento siguen siendo bajas y, así, e gobierno espera para 2014 un subida del 0,7% del PIB, aún insuficiente para estimular el empleo.