Un lametazo de helado de frutas, acompañado de un chapuzón en el jacuzzi y recibir una visita del psicólogo son los tipos de planes que les depara a los perros la amplia variedad de establecimientos especializados en mascotas en la capital.
Esta sofisticación de la calidad de vida canina seguramente tuvo origen en los llamados establecimientos ‘dogfriendly’, esto es, amigos de los perros. Se trata de una campaña a favor de que en los cafés, restaurantes y bares de Bogotá se permita el ingreso a mascotas. La tendencia se ha hecho tan grande en la capital que los establecimientos que no admiten perros en su interior pasan por chapados a la antigua.
Esta campaña ha sido ampliamente promovida por Juan Manuel Amado, quien lidera Bogotá DogFriendly, un proyecto que busca una ciudad más incluyente con los animales. Amado ha creado un directorio de establecimientos a lo largo y ancho de la ciudad que abren sus puertas a los perros, el cual puede ser consultado en la web.
“Ahora mismo la cifra de establecimientos que admiten mascotas ronda los 470”, dice Juan Manuel Amado, creador del más completo directorio de lugares de este tipo en Bogotá, quien cuenta también que “en este momento somos un sitio web pero aspiramos a lanzar también una aplicación en un par de meses”. Gracias a él, cada vez son más los restaurantes que se toman en serio aquello de que las mascotas son un integrante más de la familia.
Pues bien, ahora los caninos ya no sólo tienen el privilegio de ingresar a ciertos restaurantes de la ciudad, sino que gozan de restaurantes exclusivos para ellos. Para la muestra está Pet Gourmet, una panadería canina que empezó como un modesto servicio a domicilio en Internet en el año 2009. Sus suculentas e ingeniosas recetas, bien recibidas por los peludos que poco a poco fueron multiplicando la clientela, impulsaron a Pet Gourmet a abrir su primer local en el barrio San Patricio, al norte de Bogotá.
Actualmente la panadería ofrece un sofisticado menú para perros que va desde galletas de miel e hierbabuena, donuts de ternera y brownies de algarroba hasta helados de hígado de pollo. En Pet Gourmet conocen el estómago canino a la perfección. Sus preparaciones, certificadas por el Instituto Colombiano Agropecuario, son a base de nutrientes saludables para todo perro. Por eso no ven su apuesta como un lujo, sino una necesidad para los buenos hábitos alimenticios de las mascotas.
La panadería también ofrece decoración para fiestas y, por supuesto, unas tortas de cumpleaños que se han convertido en un clásico para los amos de la capital que se desviven por sus mascotas. Pet Gourmet es pionero en ofertas de su tipo, es decir, el abanderado de esta revolución de restaurantes que, curiosamente, no ofrece en su carta comida para humanos.
Además de deleitar al paladar con exquisitos manjares, los perros de la capital también pueden complacer su vanidad en prestigiosos salones de belleza. Glamour Pets, un salón de belleza y spa para mascotas con sede en los barrios Modelia, Colina Campestre y Chicó, es el lugar insigne entre los de su tipo. En este sitio, los peludos pueden gozar de un corte de pelo único bajo las más refinadas técnicas de peluquería canina. El ‘grooming’, para mantener la higiene en el perro; el ‘trimming’, para resaltar las características de cada raza; y el ‘stripping’, para inducir una mudanza de pelo en el canino, son buenos ejemplos de la amplia variedad estilística para todos los gustos.
El lema del lugar es procurar para los caninos la experiencia más relajante posible, por lo cual no contemplan el uso de maquinaria ruidosa que atente contra la calma de las mascotas. Todo lo contrario: los peludos han de relajarse con mascarillas capilares para nutrir y humectar su piel, acompañado de un provechoso baño en el jacuzzi y, por qué no, finalizar con una sesión de masajes. Este es el lugar perfecto para todos los perros que quieran mantenerse tonificados, renovados y elegantes.
Y si hablamos del bienestar del cuerpo, no menos importante es la salud mental canina, la cual dispone de varios especialistas en el tema en Bogotá. Esta forma de especialidad veterinaria, enfocada en el estudio y el tratamiento del comportamiento canino, se le conoce como etología, siendo Claudia Liliana Rodríguez una de las expertas más reconocidas en la capital. Esta veterinaria y etóloga clínica es la fundadora de la primera unidad de comportamiento animal en Colombia, la Animal Society, y goza de amplia experiencia en el tratamiento de la conducta canina.
De acuerdo a la doctora Rodríguez, sus consultas empiezan por visitar las casas de los cuidadores para así conocer el hábitat donde se encuentra el animal, detallar su comportamiento, conocer a fondo su historial y analizar su relación con el cuidador. “Mis consultas toman dos horas para poder evaluar esos tres elementos e identificar las causas del problema para proponer un protocolo de trabajo. Yo me valgo de entrenadores que siguen mis indicaciones para mejorar el comportamiento del animal”, explica Claudia Rodríguez.