Tras diez años de esfuerzos, los investigadores han descubierto una sustancia capaz de penetrar la piel y broncearla sin exponerla a los rayos ultravioletas del sol, evitando así el riesgo de desarrollar un cáncer cutáneo.
A diferencia de las cremas autobronceadoras tradicionales, que solo colorean la capa superficial de la piel, esta molécula actúa estimulando las células que producen pigmentos, cuyo rol es absorber las radiaciones ultravioletas, explican los investigadores.
Según el estudio publicado este martes en la revista estadounidense Cell Reports, la nueva molécula tiene que someterse todavía a test pre-clínicos antes de determinar su inocuidad en los humanos.
Esta sustancia, aplicada como una crema, permite broncear la epidermis de ratones de pelo rojo que, al igual que los humanos, son susceptibles de desarrollar un cáncer de piel como efecto de los rayos ultravioletas.
Estas investigaciones derivan de un estudio publicado en 2006 en la revista Nature que mostraba que otra sustancia, la forskolina, producida por una planta de India, podía inducir el bronceado de la piel de los ratones rosas sin exposición a los rayos ultravioletas.
Sin embargo los científicos descubrieron rápidamente que esta molécula no podía penetrar la piel humana. Al no estar protegida por una espesa capa de pelo, la epidermis humana ha tenido que evolucionar a lo largo del tiempo para desarrollar protecciones contra el frío, el calor y las radiaciones ultravioletas, entre otros.
"La piel humana es una barrera formidable, difícil de penetrar", explica el doctor David Fisher, jefe del servicio de dermatología del hospital estadounidense Massachusetts General y profesor de la facultad de medicina de Harvard, principal autor de este descubrimiento.
"Diez años más tarde, hemos encontrado una solución con una clase diferente de moléculas, más pequeñas y capaces de pasar a través de los lípidos para actuar sobre otra enzima que actúa sobre el mismo mecanismo genético de la pigmentación de la piel", precisa el investigador.
Los científicos han probado estas moléculas en muestras de piel humana en laboratorio y han constatado que broncean más o menos en función de las dosis de la sustancia y la frecuencia de las aplicaciones, y que este bronceado artificial dura varios días.
"La importancia potencial de este estudio residirá en el futuro en una nueva estrategia de protección de la piel y de prevención del cáncer cutáneo", considera el doctor Fisher.
"La piel es el órgano más grande el nuestro cuerpo y puede ser afectado por el cáncer, en la mayoría de los casos por una exposición a los rayos ultravioletas", concluye.