Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que tienen derecho a veto, se reunieron este jueves para tratar la crisis provocada por el uso de armas químicas en Siria, pero no lograron avanzar, indicaron diplomáticos.
Los embajadores de los cinco países (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China) discutieron por segunda vez, durante 45 minutos, sobre la iniciativa británica que debe autorizar "todas las medidas necesarias en virtud del capítulo VII de la Carta de la ONU para proteger a los civiles de las armas químicas" en Siria.
Este capítulo prevé medidas coercitivas que pueden llegar hasta una intervención militar.
Ninguno de los diplomáticos, de Gran Bretaña, China, Francia, Rusia y Estados Unidos, hicieron comentarios a la prensa al término del encuentro.
"No hubo convergencia de puntos de vista" entre Moscú y los tres países (Estados Unidos, Francia y Reino Unido) que se preparan para una eventual operación militar, explica un diplomático cubierto por el anonimato. "Los rusos expusieron su punto de vista que no ha cambiado" y no se fijó ninguna fecha para una nueva reunión.
El embajador británico ante la ONU, Mark Lyall, había anunciado previamente que Rusia, principal aliado del presidente sirio Bashar al Asad, convocó la reunión.
Moscú y Pekín rechazaron varios proyectos de sanciones contra Damasco.
El régimen de Bashar al Asad es acusado de haber empleado armas químicas, en un ataque que dejó 1.300 civiles muertos en las afueras de Damasco. El gobierno de Estados Unidos anunció este jueves que se reserva el derecho a actuar de forma unilateral en Siria sin esperar la decisión de la ONU o de aliados como Gran Bretaña.
Assad, desafiante
El presidente sirio, Bashar al Asad, advirtió el jueves que su ejército se defenderá de cualquier ataque occidental, mientras el Consejo de Seguridad de la ONU se reúne de nuevo para continuar el estudio del proyecto de resolución británico que justifica una intervención militar contra el régimen sirio.
Los embajadores de los cinco países que forman parte del Consejo (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China y Rusia) se reunieron el miércoles sin llegar a un acuerdo sobre una resolución que autorice la intervención militar en Siria por haber utilizado armas químicas contra su población, ya que Pekín y Moscú siguen estando en contra.
El presidente Bashar al Asad, que niega las acusaciones de utilización de armas químicas contra civiles el 21 de agosto cerca de Damasco, advirtió que Siria se defenderá "de cualquier agresión" y que erradicará "el terrorismo apoyado por Israel y los países occidentales".
Aunque el presidente estadounidense, Barack Obama, todavía no tomó una decisión sobre un posible ataque a Siria, su país envió al Mediterráneo cinco destructores equipados con docenas de misiles Tomahawk.
Reino Unido desplegó seis aviones militares Typhoon en una de sus bases en Chipre, a un centenar de kilómetros de las costas sirias.
Por su parte, Rusia, país aliado del presidente sirio y contrario a una intervención en Siria, anunció también el envío de un buque antisubmarino y un barco lanzamisiles al Mediterráneo.
Obama afirmó que su país considera que el gobierno sirio es responsable del presunto ataque con armas químicas y un alto responsable de la administración anunció que esta proporcionaría el jueves al Congreso información clasificada de los servicios de inteligencia sobre este ataque.
Medidas de seguridad reforzadas en Damasco
Mientras, la capital siria se preparaba progresivamente para una confrontación con los países occidentales, con inspecciones más estrictas en los puestos de control y medidas de seguridad reforzadas.
En los otros frentes en el país, los combates entre los rebeldes y el ejército continúan. Desde marzo de 2011, la violencia en Siria dejó, según la ONU, más de 100.000 muertos.
La oposición siria, que defiende una intervención contra el régimen de Asad, indicó que las deserciones se habían multiplicado en el ejército en los últimos días.
El jueves, los expertos de la ONU terminaron una tercera jornada de trabajo en Siria en uno de los sitios afectados, después de haber sacado muestras de sangre, orina y cabellos de las víctimas del presunto ataque químico en la Ghuta oriental y occidental el miércoles que, según la oposición, dejó centenares de muertos.
"Continuarán con su investigación hasta el viernes, se irán de Siria el sábado por la mañana y me harán su informe en cuanto se hayan ido", declaró en Viena el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.
Un portavoz de la ONU precisó que realizarán un primer "informe oral" a Ban cuando regresen de Siria, pero que las conclusiones finales tendrán que esperar a los análisis de laboratorio que podrían tardar semanas.
Divisiones internacionales
Obama aseguró el miércoles que aún no ha tomado una decisión sobre un ataque, aunque descartó un "compromiso militar directo" de Estados Unidos en ese país.
Canadá, aliado de Washington, indicó que no contempla participar en posibles ataques.
Después de haber hablado de una acción inminente contra Siria, varios países occidentales, entre ellos Reino Unido anunciaron que no procederán a una acción militar contra Siria antes de conocer las conclusiones de los expertos de la ONU,
Sin embargo, Londres afirmó que "estaría autorizado" a llevar a cabo "una intervención restringida" en Siria, incluso sin el visto bueno de la ONU, "en virtud de la doctrina de intervención humanitaria".
El primer ministro británico, David Cameron, reconoció ante los diputados que "no existe un 100% de certeza" sobre la responsabilidad del supuesto ataque químico.
El gobierno del conservador Cameron sometía este jueves por la tarde al parlamento una moción que abre el camino a una intervención militar en Siria, que requeriría una segunda votación una vez los inspectores de la ONU publiquen sus conclusiones sobre el episodio.
El presidente francés François Hollande y la jefa del gobierno alemán Angela Merkel esperan también el informe de los expertos de la ONU, aunque el mandatario galo insistió en la necesidad de "marcar un alto en la espiral de violencia".
El Vaticano estimó por su parte que "la vía del diálogo y de la negociación entre los componentes de la sociedad siria, con el apoyo de la comunidad internacional, es la única opción para poner fin al conflicto".
Entre los aliados del régimen sirio, el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Guennadi Gatilov, dijo que los proyectos occidentales de intervención en Siria son un "desafío" a los principios de la Carta de la de la ONU, y estimó que en el estado actual de la situación es necesario "dejar que los expertos de la ONU realicen su investigación".
El jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, el general Hassan Firousabadi, advirtió este jueves que una acción militar contra Siria dejaría a Israel "al borde de las llamas".
Pero el presidente israelí, Shimon Peres, afirmó que en caso de amenaza, Israel responderá "con toda su fuerza" y el primer ministro Benjamin Netanyahu anunció que habían desplegado sus sistemas de intercepción antimisiles.
AFP.