La Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional, a través de la unidad contra el crimen organizado y el narcoterrorismo, en las últimas horas desarticuló una organización criminal dedicada al narcotráfico, extorsión y homicidios selectivos en los departamentos de Valle del Cauca y el eje cafetero.
Con la desarticulación de esta organización criminal se afecta sustancialmente las finanzas y el control territorial sobre los municipios de Tuluá, Buga, La Victoria, Buga La Grande, Roldanillo, en el departamento del Valle del Cauca; Pereira en Risaralda y la Tebaida, en el Quindío; localidades en las cuales centraban su actuar criminal, dedicándose al tráfico, porte y fabricación de estupefacientes, homicidios, extorsiones y tráfico de armamento.
Los investigadores pudieron establecer que la organización liderada por alias el “Ogro”, centraba su accionar criminal en el tráfico y distribución de estupefacientes en todo el norte del Valle, consolidándose así en el manejo de las ollas de vicio, ubicadas en el Norte del Valle y el eje cafetero.
Alias el “Ogro” mantenía comunicación con su organización por medio de mensajes de texto, o a través de radios con frecuencias bajas VHF de 2 metros, esto le permitía controlar a los cabecillas de los sectores urbanos o rurales, responsables de las funciones logísticas y financieras y del control territorial de los subgrupos que operan en esta región.
Curiosamente, estos criminales antes de ejecutar sus acciones delictivas se asesoraban de alias “La Bruja”, una pitonisa de la región, quien a través de los ritos de santería guiaba a la organización en la realización de sus acciones criminales.
Los procesos judiciales contra esta organización son amplios, de los cuales se les atribuyen 14 homicidios selectivos, que dan cuenta de la violencia que azotaba a esta región; dentro del proceso investigativo se desarrollaron Inspecciones judiciales, entrevistas y seguimientos que arrojaron como resultado, la judicialización de 22 personas, 11 de las cuales fueron capturadas durante la indagación, y a quienes se les atribuye la responsabilidad de la ejecución de la mayoría de estos 14 homicidios.
Este componente criminal, genera sus ingresos de la comercialización de estupefacientes mediante narcomenudeo, actividad ejecutada por expendedores de alucinógenos en el Valle del Cauca y parte del Eje Cafetero.