Aunque el desarrollo económico no ha sido el camino para superar las inequidades de género, un informe del Banco Mundial concluye que ese desequilibrio afecta la productividad de los países hasta en 25 por ciento.
“Por sí solo, el crecimiento de los ingresos no genera igualdad de género en todos los frentes”, quedó consignado en el Informe de Desarrollo Mundial 2012: Igualdad de Género y Desarrollo, presentado ayer en Bogotá.
“Efectivamente, allá donde las disparidades de género se han superado con rapidez ello se ha debido a la manera en que han funcionado y han evolucionado los mercados y las instituciones —tanto formales como informales—, a la manera en que se ha producido el crecimiento y a la interacción de todos estos factores en las decisiones a nivel de los hogares. Por ejemplo, en materia de educación, el crecimiento de los ingresos (que ha aliviado las limitaciones presupuestarias), los mercados (que abren nuevas oportunidades de empleo para las mujeres) y las instituciones formales (que han aumentado el número de escuelas y han reducido los costos) se han sumado para influir en las decisiones familiares favorables a la educación de las niñas y las jóvenes en una gran variedad de países”, según el informe.
“Las desventajas padecidas por las mujeres y las niñas que se han reducido más rápidamente en el último cuarto de siglo son”, de acuerdo con el informe del Banco Mundial, la matrícula escolar, la esperanza de vida y la participación en la fuerza de trabajo, pero “sigue habiendo disparidades en muchos ámbitos, incluso en los países ricos. Las disparidades más persistentes y conspicuas incluyen” el exceso de mortalidad de niñas y mujeres, las disparidades en la escolarización de las niñas, el acceso desigual a las oportunidades económicas, las diferencias en la capacidad de las mujeres para hacer oír su voz en el hogar y en la sociedad
En todo caso, precisa el documento, “las disparidades de género persisten allá donde las niñas y las mujeres se enfrentan a otras desventajas. Para las mujeres pobres de lugares pobres, sigue habiendo disparidades de género considerables. Esas disparidades son aún mayores cuando la pobreza se suma a otras formas de exclusión, como la distancia, el origen étnico y la discapacidad”.
Productividad
Según el informe, aunque las mujeres ocupan 40 por ciento del empleo global, ganan 20 por ciento menos que los hombres. Y la situación tiende a empeorar.
Este y otros aspectos de la brecha de género, como los ya mencionados, de acuerdo con los cálculos del Banco Mundial afectan entre 3 y 25 por ciento la productividad de los países. En Colombia, esa tasa es entre 7 y 8 por ciento.
Prioridades
Para el Banco Mundial, “los responsables de la formulación de políticas en los países en desarrollo deberán concentrarse especialmente en las disparidades de género con respecto a las cuales los rendimientos potenciales para el desarrollo sean mayores; el incremento de los ingresos por sí solo tenga poco efecto para reducir esas disparidades, y una reorientación de las políticas pueda arrojar el máximo beneficio”.
Entre las prioridades planteadas está “abordar el problema del exceso de mortalidad de niñas y mujeres y eliminar las desventajas de género en la educación donde esos problemas estén muy arraigados”.
También reseñan como prioridades “salvar las diferencias en cuanto al acceso a las oportunidades económicas y las consiguientes disparidades de ingresos y productividad entre mujeres y hombres”, “reducir las diferencias de género en lo relativo a tener voz en el hogar y en la sociedad” y “limitar la reproducción de las desigualdades de género entre generaciones”.
“Una acción pública bien orientada y sostenida a nivel de los países será esencial para lograr la igualdad de género. Para ser eficaces, esas políticas deberán estar orientadas específicamente a las causas fundamentales de las disparidades de género. En algunas esferas, como la mortalidad materna, los Gobiernos deberán responder a la limitación más decisiva que impide el progreso (deficiencias de las instituciones de prestación de servicios). En otras, como el acceso diferente a las oportunidades económicas, las políticas deberán abordar las múltiples limitaciones generadas por el funcionamiento de los mercados y de las instituciones que obstaculizan los progresos. En estos casos, los responsables de la formulación de políticas deberán asignar prioridades a esas limitaciones y hacerles frente de manera simultánea o sucesiva”, sostuvo el informe.
Desarrollo
A pesar de la paradoja reseñada en el informe, para el Banco Mundial no ha perdido vigencia la premisa de que “la igualdad de género es importante para el desarrollo”.
Además de que “una mayor igualdad de género puede incrementar la productividad”, la experiencia permite considerar que la equidad también puede “mejorar los resultados en materia de desarrollo para la próxima generación y hacer que las instituciones sean más representativas”.
“Un mayor control de las mujeres sobre los recursos del hogar puede mejorar las perspectivas de crecimiento de los países gracias a un cambio de las pautas de gastos que beneficie a los hijos”, de acuerdo con el informe.
“Las mejoras en la educación y la salud de las mujeres se han vinculado con mejores resultados para sus hijos en países tan variados como Brasil, Nepal, Pakistán y Senegal”, agrega.
En cuanto a “una adopción de decisiones más representativa”, para el Banco Mundial “la igualdad de género tiene una importancia más general para la sociedad. El empoderamiento de las mujeres como agentes económicos, políticos y sociales puede modificar las decisiones sobre políticas y hacer que las instituciones sean más representativas de una mayor variedad de opiniones”.