Dos atentados con coche bomba sacudieron Alepo, la segunda ciudad de Siria, causando al menos 28 muertos, coincidiendo con la entrada de los carros de combate en la región de Homs, devastada tras una semana de intensos bombardeos.
Además del doble atentado en Adepo, la violencia en Siria causó otros 37 muertos hoy, entre ellos 29 civiles abatidos por las fuerzas de seguridad principalmente en Homs (centro), Alepo (norte) y Dmeir (provincia de Damasco), según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
El régimen sirio atribuyó los atentados de Alepo, los primeros de este tipo que se registran en la ciudad, pulmón económico del país, a "bandas terroristas" a las que acusa de provocar, desde mediados de marzo pasado, la revuelta contra el presidente Bashar el Asad.
La oposición, en cambio, responsabilizó de los atentados al régimen, acusándolo de querer, de esta manera, de desviar la atención de la represión perpetrada en Homs.
Estos atentados se produjeron en el momento en el que los sirios comenzaban a concentrarse en diversas ciudades para protestar contra el veto de Rusia y China el pasado sábado a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU de condena de la represión en Siria, causante de al menos 6.000 muertos desde el inicio de la revuelta, según militantes.
Se celebraron manifestaciones en Hama (centro), Idleb (noroeste), Damasco y en ciertos barrios de Homs, declaró a la AFP Ramí Abdel Rahman, jefe del OSDH, con base en Gran Bretaña.
Estas manifestaciones, que se celebran cada viernes, tuvieron menos afluencia que las anteriores "por el despliegue masivo" de tropas y fuerzas de seguridad para evitar las protestas, subrayó Rahman.
Occidentales y rusos llevan a cabo un pulso sobre Siria, con los primeros denunciando las "masacres" del régimen y con los segundos manteniendo su apoyo al régimen de Damasco.
El viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Riabkov, acusó incluso a los occidentales de ser cómplices del agravamiento de la crisis por su apoyo a la oposición.
En Alepo, relativamente al margen del movimiento de contestación hasta ahora, los dos coches bomba estallaron junto a la sede de los servicios de inteligencia militar y ante el cuartel general de las fuerzas del orden, provocando 28 muertos y 235 heridos, según el último balance del ministerio de Sanidad.
Según el OSDH, al menos 30 personas fallecieron en este doble atentado.
"Un terrorista se hizo estallar con su vehículo a 100 metros de la entrada" del edificio de la seguridad militar, afirmó la televisión oficial mostrando imágenes del cráter que dejó la explosión y de los servicios de emergencia recuperando cadáveres bajo los escombros.
"Es esta la libertad que reivindican", gritó uno de los socorristas alzando un brazo destrozado, en referencia a los opositores.
Según el coronel Maher Nuaimi, portavoz del Ejército Sirio Libre (que agrupa a miles de soldados desertores), "el régimen criminal mata a nuestros niños en Homs y ataca en Alep para desviar la atención de lo que hace en Homs".
En Homs, llamada la "capital de la revolución", bombardeada sin descanso desde hace siete días por las tropas regulares, los tanques del ejército ingresaron en el barrio Inshaat, en donde los soldados rastrillaban el sector casa por casa, indicó el OSDH.
El balance de la jornada se eleva a 12 muertos, con lo que ya son más de 450 las personas muertas en esa ciudad desde el 4 de febrero, fecha del inicio de la ofensiva actual, según los militantes y ONG, que temen una crisis humanitaria.
En Damasco, las fuerzas de seguridad abrieron fuego para dispersar una manifestación en el barrio de Mazzé, causando al menos 15 heridos, según el OSDH y los Comités Locales de Coordinación, que organizan la revuelta sobre el terreno.
A nivel internacional, la UE reforzará a finales de febrero las sanciones contra Damasco con un embargo sobre las exportaciones sirias de fosfato, congelación de los haberes del Banco Central Sirio y prohibición del comercio de diamantes y materiales preciosos, según diplomáticos.