"Estoy bien (...), soy un luchador", aseguró un desafiante Joseph Blatter, presidente dimisionario de la FIFA suspendido durante 90 días por el Comité de Ética de la organización, en una entrevista con el semanario Schweizer am Sonntag.
"Me pueden destruir, pero no destruirán la obra de mi vida", añadió Blatter, que no puede hablar, por orden del Comité de Ética, sobre la FIFA o sobre el caso que ha provocado su suspensión.
Blatter explicó que tenía la costumbre de acudir a la sede de la FIFA en Zúrich los sábados por la mañana, antes de pasar el resto del fin de semana en su región natal de Valais.
El viernes presentó ante la cámara de apelaciones de la FIFA un escrito de alegaciones contra la sanción recibida y solicitó ser de nuevo escuchado por el Comité de Ética, ante el que ya declaró el pasado 1 de octubre.
Estas sanciones son consecuencia del pago considerado como sospechoso de dos millones de francos suizos (1,8 millones de euros) recibido en 2011 por Platini de parte de Blatter, un caso que está siendo investigado también por la justicia suiza.
Durante la suspensión de Blatter, el camerunés Issa Hayatou será el presidente interino de la FIFA.