¿Equipos contaminados? ¿Plaga de lesiones? ¿Concentraciones no autorizadas de hinchas? Tras cinco jornadas completas del campeonato de Alemania de fútbol, después de reanudarse el 16 de mayo, ninguna de las catástrofes que se predecían se ha cumplido: la apuesta por volver le está saliendo bien, de momento, a la Bundesliga.
Una gran noticia para el resto de grandes campeonatos europeos que se disponen a regresar para completar la temporada, detenida en marzo por el nuevo coronavirus: España (11 de junio), Inglaterra (17) e Italia (20).
Eficacia del protocolo sanitario
Controlados dos veces por semana, obligados al confinamiento en familia y con medidas de distanciamiento permanentes: las restricciones impuestas a los futbolistas son tan estrictas que se puede decir sin equivocación que son, de todos los trabajadores 'in situ', unos de los que están mejor protegidos.
Desde el reinicio de la Bundesliga (incluidas también las semanas anteriores de entrenamientos), ningún equipo ha sido víctima de un contagio masivo.
La semana pasada, dos jugadores del Borussia Dortmund, Jadon Sancho y Achraf Hakimi, fueron multados por haber pedido los servicios de un peluquero a domicilio, violando la prohibición de recibir a una persona exterior al núcleo familiar en sus domicilios.
Visto el éxito, algunos ya reclaman que se suavice el protocolo que parece cada día un poco más ajeno a la vuelta a la vida ‘normal’ en el país, donde se puede acudir de nuevo a las terrazas de los cafés, reunirse con amigos... o ir a la peluquería.
Futbolistas en forma
Contrariamente a la opinión de numerosos médicos deportivos, no se ha producido un aumento significativo de las lesiones, sobre todo musculares. Los entrenadores utilizan mayoritariamente los cinco cambios por partido que son autorizados (una media de 4,3 sustituciones por encuentro), lo que permite proteger a los más frágiles.
Los médicos y fisioterapeutas se han visto sorprendidos por el buen estado de forma que han mantenido los futbolistas durante el confinamiento. Un ejemplo: Vladimir Darida, del Hertha Berlín, corrió contra el Augsburgo (29ª jornada) 14,34 km, el récord desde que esta estadística existe en la Bundesliga (2011-2012).
Mismo equilibrio de fuerzas
Algunos temían resultados aberrantes, provocados por la falta de entrenamientos. En realidad, el equilibrio de fuerzas se mantiene en la Bundesliga: los poderosos siguen siendo poderosos (el líder Bayern Múnich ha ganado sus cinco partidos) y los equipos de la zona baja de la clasificación no han protagonizado ninguna recuperación milagrosa.
La ausencia del público, que empuja muchas veces a los pequeños a superarse ante los grandes, reforzaría incluso la jerarquía: “Ahora más, tenemos la impresión que los equipos que tienen más calidad individual ganan más fácilmente”, constató el director deportivo del RB Leipzig Markus Krösche.
Desaparece la ventaja campo
Es la principal sorpresa de esta Bundesliga a puerta cerrada: en las dos últimas temporadas se registraron un 45% de victorias locales, un ratio que ha caído al 22% en este reinicio del campeonato (10 triunfos de 46 partidos).
“Es una locura, no lo esperábamos a este punto”, se sorprendió el director deportivo del Borussia Dortmund, Sebastian Kehl, cuyo equipo está huérfano del célebre ‘Muro amarillo’ y de los 82.000 abonados al Signal Iduna Park.
“No creo que sea el azar”, insistió el entrenador del Bayer Leverkusen, Peter Bosz. “El público siempre ayuda a su equipo y cuando juegas en el exterior sin público, evidentemente es más fácil”.
Hinchas disciplinados
Algunos dirigentes políticos habían expresado su escepticismo respecto a que los hinchas, de naturaleza indisciplinada, mantuviesen las normas de confinamiento y no se reuniesen los días de partido, aunque por el momento todo se ha desarrollado normalmente... pese a que ésta es una apuesta que aún se debe ganar.
Con el desconfinamiento progresivo y al acercarse los últimos partidos decisivos, entre ellos el que daría el más que probable título al Bayern, aún se pueden temer concentraciones masivas, ya sean organizadas o espontáneas.
El alcalde de Múnich ya ha tomado la iniciativa y ha prohibido el tradicional ofrecimiento del trofeo a los aficionados desde el balcón del ayuntamiento.