"Tener el maillot amarillo y el león, tenía ganas de llorar, es la mayor emoción de mi vida. Todavía no me lo creo", declaró el colombiano Egan Bernal, este sábado tras situarse líder del Tour a dos días de final, después de una antepenúltima etapa neutralizada por una tormenta de hielo.
"Me dio mucha vergüenza, casi lloro en el podio, vi a mi papá y a mi novia enfrente mío, llorando, fue muy emocionante", señaló.
El colombiano de 22 años defenderá en la penúltima etapa 45 segundos de ventaja con Alaphilippe y 1:03 con su compañero Geraint Thomas, ganador el año pasado.
"No sé... quiero esperar a mañana, es un gran test. Hay que concentrarse en la etapa, hay que defender el maillot", balbuceó, aguantando las lágrimas, Bernal tras coronarse líder en el podio de Tignes.
"Espero recuperar bien hoy y mañana voy a dar la vida en esas últimas subidas. Si me quitan este amarillo tienen que sufrirla", añadió.
- Sin vencedor de etapa -
La organización declaró sin vencedor la etapa, aunque Bernal lideraba la carrera por delante de Simon Yates cuando se decidió la neutralización.
Una repentina tormenta de granizo provocó que la carretera se cubriera de hielo poco antes de Val d'Isere, a unos 25 km de la meta en Tignes.
Los corredores fueron parados en pleno descenso y se subieron a los coches de sus equipos. "La carretera está cubierta de hielo a la salida de un túnel", avisó la organización.
Alaphilippe había pasado la cima del Iseran con un retraso de unos dos minutos sobre Bernal, que tras la neutralización redujo la velocidad hasta que le alcanzó un coche del Ineos.
Conversó con su director Nicolas Portal y mostró una gran sonrisa, digna del nuevo líder del Tour de Francia.
Del blanco al amarillo, el mejor joven de la carrera ocupará el primer puesto antes de la decisiva etapa del sábado, desenlace de la carrera, que precede al paseo del campeón del domingo en los Campos Elíseos.
Antes, camino del Iseran, techo del Tour con sus 2.770 metros, el Ineos recordó al 'viejo' Sky, marcando un fuerte ritmo entre los favoritos con Wout Poels al frente de la locomotora, cobrándose víctimas de altura, como Nairo Quintana, que pagó el peaje de su exhibición del viernes quedándose a siete kilómetros de coronar.
- '¡Demasiado fuerte!' -
A continuación explotó definitivamente el pelotón de favoritos. Thomas protagonizó el primer ataque, Steven Kruijswijk el segundo y Bernal el definitivo, un fuego abierto ante el que sucumbió Alaphilippe, que a esas alturas se había quedado sin su último escudero, Enric Mas.
"¡Demasiado fuerte Bernal!", gritaba el locutor de la televisión francesa. "¡Es magistral!", añadía el comentarista y antigua estrella Laurent Jalabert.
Mientras el colombiano ponía el turbo e iba soltando rivales repitiendo la cadencia potente sin levantarse de la bicicleta que ya exhibió el sábado. Solo una sorprendente neutralización cortó su marcha.
Fue una jornada maldita para el ciclismo francés, que además del maillot amarillo sufrió la retirada de Thibaut Pinot, quinto de la general, que se paró entre lágrimas tras una hora de carrera por una lesión muscular.
Relegado a la cola de carrera, Pinot, héroe en los Pirineos, fue consolado por su compañero William Bonnet antes poner pie en tierra y subir en la parte trasera del vehículo de su equipo.
El sábado la pelea por el Tour concluye en Val Thorens, último puerto de categoría especial de la presente edición, con 33,4 kilómetros y una pendiente moderada (5,5 %), cierre de la decisiva trilogía en los Alpes.