Hablemos del Mundial femenino que quieren organizar en Colombia, pero sin mentiras, sin intereses de por medio, sin jugar con la ilusión de las jugadoras ni las personas que quieren que el fútbol femenino crezca, pero sobre todo vamos a hablar con la razón y no con el deseo.
Para iniciar, quiero dejar en claro que la única intención que tengo al escribir esto es dar una opinión sin ningún tipo de interés; es decir, a mí no me interesa que en la Federación me aplaudan, quedar bien con las jugadoras o con quien sea.
Si hay alguien que quiere que el fútbol femenino crezca y tenga la relevancia que merece a nivel nacional soy yo; primero, porque soy un agradecido de este, porque gracias a la Selección Colombia Femenina Sub 17 que estuvo en el Mundial de 2012 -dirigida por Felipe Taborda, comandada por Leicy Santos, Nicole Reignier, Gabriela Maldonado, entre otras-, empecé mi carrera a nivel internacional, pues después de ese Mundial tuve la oportunidad de salir del país a trabajar en otros continentes. Mejor dicho, se los voy a poner así, cuando nadie volteaba a ver a las selecciones femeninas, yo estaba ahí, siguiendo y acompañando a los equipos, tratando de llevar el mensaje de las victorias o las derrotas a los demás, antes que hubiera liga o triunfos internacionales, sufrí y disfruté con estos equipos.
Pero ya que toqué el tema del Mundial Sub 17 de 2012, en donde Colombia quedó eliminada en la primera ronda, tuve chance de entrevistar a varias personas que tenían mucho que ver con el fútbol femenino. En ese entonces, la FIFA aún presidida por Joseph Blatter. Estaba armando todo un andamiaje para que este tomara mayor relevancia a nivel mundial. Tatjana Haenni, en ese momento, era la cabeza del fútbol femenino en la FIFA, me explicaba sobre las obligaciones que tenían las federaciones nacionales, de cómo debían destinar un porcentaje específico de su presupuesto al fútbol femenino, o cómo la FIFA les enviaba el dinero para que consolidaran la disciplina. Tatjana retaba a las federaciones a hacer bien las cosas, a implementar los protocolos y los lineamientos para conseguir que el fútbol femenino tuviera relevancia.
De aquella charla quiero traer a colación una frase en específico que me marcó y lo hizo porque, primero, lo decía una mujer que había sido directora técnica de equipos femeninos, hizo parte de staffs de equipos masculinos con roles importantes y en ese entonces era la directora del fútbol femenino en la FIFA -ojo que estoy hablando del año 2012, es decir, hace 8 años- Tatjana Haenni en ese entonces me dijo: “¿Acaso quiero que el fútbol femenino sea más popular que el masculino? no. No es mi sueño y no debe ser el sueño de nadie, en cambio en lo que sí podemos trabajar y soñar es en que sea un deporte respetado y tratado con equidad, que tenga una buena estructura; pero para eso, todos tienen que trabajar en pro de lo que se está haciendo, por ejemplo, ¿qué están haciendo los medios de comunicación para promover el fútbol femenino? Yo le aseguro que el fútbol femenino va a crecer, tenemos la oportunidad de hacer que crezca sin los mismos problemas que tienen en el fútbol masculino, ya tenemos experiencia, tenemos con qué hacer las cosas bien”.
Después de viajar en el tiempo y ver lo que pasaba en 2012, llega el momento de hablar del Mundial que la Federación Colombiana de Fútbol quiere organizar. Si bien, tiene un supuesto respaldo del Gobierno nacional y de la Conmebol, ¿es realmente viable hacer un mundial en Colombia?
La situación
Vamos a analizar la situación dejando de lado la demagogia, sin querer ser populistas, ni conseguir la aprobación de jugadoras y directivos, analicemos siendo reales, de manera objetiva y sobre todo, con la razón y no con el deseo. Nos enfrentamos ante Japón que tiene toda la infraestructura lista, que tiene experiencia albergando eventos de tal magnitud; luego está la candidatura conjunta de Australia y Nueva Zelanda, dinero tienen de sobra, infraestructura también, además de tener una tradición del fútbol femenino en sus países, para que lo entiendan, la realización de un mundial no debe ser la razón por la cual se consolide la liga de fútbol femenino, la liga se debe consolidar porque así lo demanda la FIFA, porque así lo requiere la Conmebol, pero sobre todo, porque lo merecen las jugadoras.
Si bien, el Mundial tiene que dejar un legado para el deporte como lo dice la FIFA, en un país en donde no hay infraestructura del fútbol femenino, por más buenas intenciones que haya no va a haber legado, desgraciadamente se quedaría como tantas cosas que pasan acá en una buena intención.
Ahora no podemos quitarle valor a lo que tiene Colombia para ofrecer que puede ser mejor que en cualquier otro lugar del mundo, el talento humano colombiano es inigualable. Acá somos capaces de hacer lo que sea, de montar el escenario que sea, de atender de la mejor forma posible a cualquier equipo; acá hacemos funcionar lo que sea, pero no por esto debemos ser ciegos ante algunas realidades como el hecho de no tener la infraestructura ni la calificación que se necesita para un mundial de mayores, que iguale o supere al último mundial, por ejemplo, el de Francia que fue un éxito rotundo.
Hablemos del Gobierno nacional, en este caso el de Iván Duque, que ha expresado en más de una oportunidad su apoyo incondicional a la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) para que el mundial suceda; el señor Duque debe saber que la inversión económica en la realización de un evento de tal magnitud es excesivamente alta, más sabiendo que después de la calificación que le dio la FIFA al país lo pone muy por detrás de los otros competidores; habría que invertir muchísimo dinero en refacciones para los estadios, en vías, infraestructura, pero pues si el señor Presidente tiene el dinero adelante, claro que después no nos vayan a clavar a los ciudadanos con impuestos extra para tapar el hueco que se generaría por invertir los dineros de otras carteras en un Mundial.
Va uno a ver y la verdadera responsabilidad, al menos de la infraestructura de los estadios, no debería ser del Gobierno nacional o de los gobiernos municipales, sino de los equipos de fútbol. Claro, lo que pasa es que acá el único equipo que tiene estadio es el Cali, de resto pues bueno, ya sabemos la historia; contrasta muchísimo con lo que pasa en Francia, por ejemplo, en donde los equipos “prestan” sus escenarios para el Mundial, o en Rusia, pero bueno, es solamente una muestra más de lo atrasado que está el negocio del fútbol en Colombia.
En conclusión, en cuanto a la calificación de la FIFA estamos rajados, en términos reales ni porque las jugadoras de la selección Colombia hagan videos apoyando el Mundial va a subir esa calificación. Talento humano tenemos de sobra, nos falta infraestructura, como dice el dicho “talento ahí, falta apoyo”.
Una última cosa, la semana que pasó, la FCF envió una misiva a la FIFA con el apoyo de la Conmebol en donde reclamaba algunos de los conceptos que dieron del país, como que no hay infraestructura de salud -que puede ser verdad o mentira desde donde lo vean- que el terrorismo sigue activo, entre otros temas; pero lo que llamo la atención es que enviaron datos falsos en la carta, como por ejemplo decían que Colombia tenía experiencia en los últimos años albergando unos juegos Panamericanos, lo cual es falso, o que la liga femenina tenía un promedio de asistencia de 20.000 o más personas en los estadios lo cual también es falso; hasta en el fútbol masculino, a las horas, salieron a hacer una fe de erratas en donde explicaban la situación y daban los datos correctos, errores imperdonables diría yo, en conclusión hicieron un papelón, esperemos que la intención de hacer un mundial no vaya a terminar en otro papelón a nivel mundial.