El Tiburón de Mesina atacó en las pendientes del Etna. A unos kilómetros de su ciudad natal, Vincenzo Nibali (Trek-Segafredo) se impuso en solitario este viernes en la cuarta y última etapa de la Vuelta a Sicilia, logrando el triunfo final.

En el ascenso de Sciara di Scorciavacca, el segundo fuera de categoría de la etapa, se jugó todo. A los pies del puerto estaban los principales candidatos a la victoria final, tras haber alcanzado a los escapados del kilómetro 64, entre ellos el cuatro veces vencedor del Tour de Francia Chris Froome (Israel-StartUp Nation).

El líder Alejandro Valverde (Movistar), el segundo clasificado Alessandro Covi (UAE, a 7 segundos), el francés Romain Bardet (DSM, 5º a 11) y el siciliano Nibali (10º a 13) atacaron juntos en el último puerto, cuya cima estaba situada a 17 km de la meta.

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Con un ataque contundente a 22 kilómetros de la meta, Nibali se distanció de sus rivales, antes de lograr el doble triunfo, etapa y clasificación general.

Con 40 segundos de ventaja en la cima de Sciara di Scorciavacca, Nibali se impuso finalmente con 49 por delante de un grupo en el que estaban Valverde, Covi y Bardet.

Vencedor de la tercera etapa, que le permitió hacerse con el primer puesto, Valverde no pudo remontar ante Nibali, excepcional este viernes.

El ciclista siciliano sucede en el palmarés al estadounidense Brandon McNulty, vencedor de la última edición disputada, en 2019. El año pasado se anuló debido a la crisis sanitaria.

Nibali, uno de los siete corredores de la historia que ha ganado las tres grandes vueltas, señaló a la llegada su "emoción increíble" por ganar "en las carreteras en las que pedaleaba de pequeño".

"Es un sentimiento indescriptible. Ver a mis amigos y a los fans fue increíble, no encontré las palabras para describir lo que sentía", dijo.