¡Vuelve la Liga! En una España que retoma el pulso tras el confinamiento por la pandemia de coronavirus, el fútbol aporta su rayo de optimismo con el reinicio de la carrera por el título liguero, que cada vez parece más cosa de Real Madrid y Barcelona.
Los azulgranas son líderes con dos puntos de ventaja sobre los merengues, a los que arrebataron el primer puesto en la 27ª jornada, última disputada antes de que el 12 de marzo se paralizara el fútbol y poco después el país.
Tres meses después, la liga española se convierte en el tercer gran campeonato europeo en arrancar, tras la Bundesliga y el campeonato portugués, y el parón no parece haber sido sólo negativo.
Algunos lesionados vuelven tras perderse menos partidos de lo esperado, como el uruguayo del Barça, Luis Suárez, operado del menisco en enero, o los madridistas Eden Hazard, intervenido del tobillo en marzo, y Marco Asensio, repuesto de su rotura de ligamento cruzado de la rodilla izquierda.
El Barça viajará a Mallorca (18º, 58 puntos), que pugna por salir del descenso, el sábado, mientras que el domingo el Real Madrid recibirá al Eibar (16º, 56 puntos) para seguir su particular pugna por el título.
Azulgranas y merengues sacan respectivamente 11 y 9 puntos al tercero, el Sevilla, por lo que el título parece cada vez más cosa de dos.
El Sevilla abrirá esta 28ª jornada mañana con su duelo con el Betis (12º), en un partido convertido, para el presidente de la Liga, Javier Tebas, en “un homenaje a esta vuelta de la Liga y a lo ocurrido” en España, donde la pandemia ha causado 27.136 muertos y 241.717 infectados, según el último balance oficial.
“Creo que ha sido una buena elección este primer partido, es único y especial, dentro de todos los derbis seguro que es de los más intensos y emocionantes, va a tener una atención mundial increíble para hacer el partido aún más atractivo si cabe”, dijo el técnico del Sevilla, Julen Lopetegui, a la plataforma Movistar+.
Habitualmente disputado en un ambiente vibrante, el derbi de la capital andaluza se jugará esta vez en el silencio de un Sánchez Pizjuán cerrado al público, siguiendo el estricto protocolo sanitario del campeonato, que, por el momento, estipula partidos a puerta cerrada.
Tebas se mostró partidario de que “en el momento en que se pueda, tiene que haber aficionados” en los estadios, pero el Gobierno español se muestra reacio recordando que las regiones españolas no están avanzando todas al mismo ritmo en el plan desconfinamiento por la pandemia.
“Es de justicia que no pueda haber aficionados en algunos estadios solo”, decía el domingo el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, para justificar esa prohibición, inicialmente consensuada para reactivar el campeonato.
La previsión de una vuelta del fútbol a puerta cerrada había animado también a equipos como Real Madrid o Levante a seguir adelante con las obras en sus estadios, por lo que el club merengue disputará los seis partidos en casa en el estadio Alfredo Di Stéfano, de su ciudad deportiva, con apenas 6.000 localidades.
Pero, incluso con estadios rellenados digitalmente, la vuelta de la Liga supone un rayo de optimismo y la reactivación de un sector que supone el 1,37% del PIB español, según informe de la Liga.
“La gente necesita su dosis de fútbol”, afirmó Adolfo Barbero, comentarista de la televisión Movistar+, para el que “es como si la gente pensara que si el fútbol funciona, todo va a funcionar”.
La vuelta del fútbol a puerta cerrada, incluyendo eventualmente las competiciones europeas, permitirá a los clubes limitar las pérdidas económicas a unos 300 millones de euros (338 millones de dólares) frente al impacto de en torno a 1.000 millones de euros (1.129 millones de dólares) si no se jugaran las once jornadas que faltan.
“El regreso del fútbol es una señal de que la sociedad está progresando a la nueva normalidad”, concluyó Tebas.