Podríamos decir los que tenemos cierta edad, que hemos visto en tres generaciones a los mejores jugadores del mundo y todos ellos se fueron del fútbol; sin embargo, este deporte que tiene como gran atracción un balón no se ha acabado.
Di Stefano, Pelé, Garrincha, Maradona, Beckenbauer, Cruff, Cristiano Ronaldo, Platini, Eusebio, entre otros, considerados como los mejores de todos los tiempos no tenían pataletas tan abrumadoras como la que estamos viviendo con el nacido en Rosario, Argentina.
Todos estos hombres se fueron del Real Madrid, Santos, Boca, de la Juventus, Bayer Múnich, etc., etc., y claro el fútbol siguió, nadie dejó de asistir a los estadios y se fueron como dicen con su fútbol a otra parte o algunos le dijeron adiós al fútbol.
Claro que Messi, quien es hechura europea, ahora le dio por ponerse necio debido a que el holandés Ronald Koeman nuevo técnico del Barcelona, y quien hizo parte hace unos años de la nómina de profesionales al servicio del onceno catalán, los llamó y supuestamente le dijo “mijo, se acabaron las consideraciones y los consentimientos” ahí fue Troya, Messi se molestó porque le sacaron a su amigo Luis Suarez.
En los últimos 20 años en el equipo catalán, todo pasa por los pies del argentino 10, es el capitán, el que cobra los tiros libres, los de esquina, los penaltis; es casi el consejero de sus compañeros, el que arregla los premios, el que hace los goles, el que levantó los trofeos, etc., etc.; de los 34 títulos, mientras Messi mandó, ahora parece que como dijo Koeman, se acabaron las exclusividades, no hay más conversaciones con los jugadores.
Messi les dijo a sus directivos “no quiero seguir en Barcelona” y tiene al pueblo Catalán y al mundo paralizado, nadie pensó que el rosarino pudiera tomar una determinación tan contundente. Ahora hasta el mismo presidente del equipo ‘culé’, José María Bartomeu, ofreció su renuncia a cambio que Messi se quede, pero parece que este, no quiere saber nada del equipo que lo llevó a ganar al Barcelona Copa del Rey, Supercopa España, Liga de Campeones, Supercopa, etc., seis balones de oro y millones de pesos.
Pero todo esto, para concluir, los hombres nos vamos y las instituciones quedan. Es decir, el fútbol no se acaba porque se vaya Messi del Barcelona.