El coronavirus se metió en el fútbol y el ciclismo, y quién sabe en cuántos otros deportes a nivel internacional. En las ligas de Italia, Alemania, e Inglaterra hay una verdadera alarma por lo que pueda acontecer con la enfermedad que salió de China.
Los italianos han suspendido algunos partidos, los ingleses pidieron a los jugadores de sus ligas no saludarse antes ni después de cada uno de los partidos y los germanos también toman prevenciones para evitar la contaminación.
Como si esto fuera poco, el ciclista Fernando Gaviria adquirió la enfermedad en el Tour de Emiratos Árabes Unidos y esto dio origen a cancelar la Tirreno-Adriático, Milán-San Remo y la Emiratí. Como quien dice, Colombia ya puso su grano de arena con Gaviria.
Pero en el fútbol colombiano pareciera que a los equipos que participan en la Copa Libertadores, les hubiera llegado esa enfermedad, perdieron Medellín ante el Paraguayo Libertad (1-2); América cayó con Gremio (0-2) y las esperanzas estaban en Junior pero este tampoco pudo con Flamengo (1-2), una semana para olvidar. Sería mejor que los metieran en una cuarentena que sea de 14 días.
Nos fue muy pero muy mal en el arranque de la Copa, ahora, solo falta que nos vaya peor en el comienzo de las eliminatorias ante Venezuela y Chile y eso que el técnico prefiere concentrar en Estados Unidos para evitarse el bullicio de la prensa y el acoso de algunos medios para que incluyan a determinados jugadores, eso sería peor que el coronavirus.
Denver, la ciudad elegida para que sirva de concentración, está muy lejos pero eso no quiere decir que no se vaya a saber qué está pasando a la distancia.
Los males que aquejan a la humanidad por estas épocas, no distinguen sexo, raza o religión, no miran deporte, así que, a nadie le deseamos que le caiga ningún tipo de enfermedad y menos a quienes nos hacen quedar bien en el exterior. Algunos sacerdotes prohibieron en sus iglesias darse el saludo de la paz.
Lo de Gaviria (si se confirma que es él el infectado), a quien le cayó el coronavirus, nuestra solidaridad; él nos hace vibrar con sus éxitos y nos pone la piel de gallina, cuando escuchamos el himno nacional y él orgulloso levanta las manos.
Esperamos que esos 14 días, que seguramente serán 20 o treinta, sirvan para que se reponga del todo y que otra vez, lo tengamos compitiendo y que en Japón, durante los juegos Olímpicos, el premio sea la medalla de oro. Salud campeón y no importa que le haya caído el mal del comienzo del siglo XXI.