Cuando el 1 de octubre de 1977, a sus 36 años, Pelé decidió ‘colgar los guayos’ el mundo del fútbol sintió que había perdido a su máximo exponente y surgió la incógnita: ¿Quién llegará a ocupar su lugar? La respuesta no se hizo esperar: Diego Armando Maradona.
‘El Pibe de Oro’, ya por aquel entonces, en 1976, había disputado con Argentinos Juniors su primer partido como profesional y al año siguiente vistió la camiseta de la selección argentina.
Sin embargo, la pregunta es ¿llegará algún jugador a terciar en las discusiones de los aficionados sobre quién es el mejor jugador del mundo… Pelé, Maradona o…?
Candidatos hay varios. Desde Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, pasando por Neymar y Mbappé, hasta los descollantes Ansu Fati y Erling Haaland.
O tal vez no sea ninguno de ellos sino que emerja una nueva figura que logre despertar tantos sentimientos entre los hinchas, como lo hicieron Pelé o Maradona.
Y no es solo por su talento para jugar al fútbol que despertaron pasiones. No. Cada uno fue líder, impuso su impronta y “el Diego” supo aprovechar la exposición que tuvo en la televisión para llegar a todos los rincones del mundo y seducir.
Con su carisma, magia para manejar el balón, inteligencia, liderazgo y su forma de ser, amigo de sus amigos y amable a la hora de dar un autógrafo o permitir que se tomaran una foto con él, se encumbró al pedestal del que nunca bajó así haya tenido una vida disipada.
En el sitial que se ganó con sus genialidades en el Mundial de México 86 y en el de Italia 90, más los logros con los clubes por donde pasó, permanecerá por siempre. Tal vez lo comparta con algún otro jugador, como hizo con Pelé, pero siempre estará ahí porque “el Diego” es una leyenda.
Ese espectacular gol que le marcó a Inglaterra, con derrote de potencia, habilidad, ingenio y capacidad para resolver en la individual frente a cinco rivales que no pudieron hacer nada para cerrarle el camino, sigue dando vueltas en la cabeza de los hinchas y allí permanecerá.
Sí, es posible que algún jugador lo emule, que muestre chispazos, pero para ser el “D10S” del fútbol se necesita continuidad, logros y ganar no solo a nivel de clubes, sino con la Selección. Esa es una asignatura que, por ejemplo, tiene pendiente Lionel Messi.
A Maradona nunca lo abuchearon en su Argentina del alma. No, el ídolo siempre recibió el respaldo de sus compatriotas, así como lo hicieron durante su sepelio el pasado jueves cuando lo aplaudieron como si acabara de marcar el gol para un título del Boca Juniors, del Nápoles o con la albiceleste.
Messi, su compatriota, sí, es hoy el mejor jugador del planeta, lugar que se disputa con Cristiano Ronaldo, pero como siempre hay un pero que les impide estar a la altura del ‘Pelusa’ futbolísticamente hablando.
Pelé ganó mundiales, también Maradona. Messi y Cristiano han descollado, son grandes figuras en sus equipos. Sin embargo, con sus selecciones tienen mucho por hacer. También necesitan despertar tantas pasiones como lo hizo “el Diego” o como desde su tumba continúa haciéndolo porque si alguien acapara tanta atención en el mundo del fútbol es él.
Los homenajes que se le rinden aquí y allá solo certifican la condición de ídolo ahora convertido en leyenda del argentino.
Imborrable
Todo lo que de él se diga, siempre quedará corto para lo que fue como jugador ese ‘Pibe de Oro’ que llevó a Argentina a ganar en 1979, dos años después de la retirada de Pelé, el campeonato mundial juvenil y triunfar en 1981 en el Boca Juniors, antes de iniciar su periplo europeo por el Barcelona (1982-84), el Nápoles (1984-91) y el Sevilla (1992-93).
De regreso a Argentina jugó en el Newell’s Old Boys y en el Boca Juniors antes de retirarse en 1997. Con la selección argentina participó en cuatro mundiales y se alzó con el título mundial en el de México (1986), en el que tuvo una portentosa e inolvidable actuación.
No obstante, el retiro no significó que olvidara las canchas y aún con sus kilos de más, siempre brindó espectáculo en partidos de exhibición o de despedida de sus amigos. Lento en sus movimientos, nunca perdió la clase, por eso en la despedida de René Higuita le tiró un balón preciso para que el ‘Loco’ repitiera el escorpión que hizo en el estadio de Wembley.
Todo lo que hizo lo catapultó a la gloria en lo deportivo. Cada una de sus gambetas será recordada por los aficionados, quienes además contarán con la televisión, los videos y los recuerdos de los periódicos cuando se acerque el primer mes, el primer año, la primera década de su partida. Él se encargó de escribir su historia y de hacer que permanezca viva.
Por ello no solo a Messi y a Cristiano Ronaldo les quedará difícil ocupar el trono que dejó vacío Maradona y que por el momento solo Pelé conserva, sino las generaciones que vienen la tendrán bien difícil para llegar a ese nivel.
Neymar es figura, también ya lo es Mbappé, pero no a la altura del ‘Pelusa’ y tendrán que recorrer un largo camino para acercarse. Sin embargo, es posible que en unos años cuando ya no estén Messi y Cristiano, se disputen el título del mejor del mundo… en el momento.
De atrás viene Anssumane Fati Vieira, conocido como Ansu Fati, con sus 18 años, quien empezó a descollar en el Barcelona y con la selección de España, pero una lesión lo tiene alejado de las canchas.
Está empezando a brillar, un par de años mayor que cuando lo hizo Pelé y 12 meses más tarde que cuando apareció “el Diego” y por ello es difícil saber si se llegará a consolidar. Tiene talento, es atrevido y marca goles, condiciones que lo ayudarán a andar el largo camino a, por lo menos, ser considerado uno de los mejores del mundo ¿A la altura de Maradona?...
Otro que despunta para ser considerado en unos años como uno de los mejores del mundo es el noruego Erling Haaland, actualmente al servicio del Borussia Dortmund, de quien se asegura pronto estará en uno de los ‘grandes’ de las ligas europeas.
Alabado como un goleador prolífico dotado de gran velocidad y destreza, ha sido frecuentemente considerado como uno de los mejores jugadores jóvenes del mundo, llegando a ganar el Golden Boy al mejor futbolista menor de 21 años.
Y seguramente surgirán otras nuevas figuras, así, llenas de talento, ingenio, habilidad y querrán ocupar el trono. Cumplir con todos los requisitos es lo difícil, o si no que lo digan aquellos a quienes la falta de liderazgo o no saber ser un buen líder los lleva a quedar en el recuerdo de unos cuantos hinchas, pero no como ‘El Pibe de Oro’ que se ganó un lugar en la historia, en el corazón de los aficionados y de ídolo pasó a ser leyenda.
O, como lo dijo Marcelo Bielsa, exseleccionador argentino: “Maradona fue un artista. La dimensión de la repercusión de su arte tiene infinidad de reconocimientos. Para poner un ejemplo que sale de lo común, las canciones que se han escrito sobre él son extraordinarias”.