Será su mayor y más ambicioso desembarco en unos Juegos Panamericanos. Colombia, con una delegación de 346 atletas, la mayoría mujeres y con varios ases olímpicos, pretende iniciar en Lima su aproximación al podio de América.

Después de firmar su mejor actuación en Toronto, donde alcanzó el quinto puesto en el cuadro panamericano, Colombia no se conforma con menos y pretende convertir a Lima en plataforma de lanzamiento.

“Aspiramos a estar entre los cinco mejores, incluso soñamos con un cuarto lugar", dice a la AFP Ernesto Lucena, jefe del Coldeportes, órgano rector de la actividad en el país. En el medallero histórico, Colombia marcha en el séptimo puesto.

Las ambiciones de metal para Colombia pasan, claro, por Caterine Ibargüen, la reina del triple salto, pero también por los puños de plata de Yuberjen Martínez, la BMX dorada de Mariana Pajón... en total son diez los medallistas olímpicos que irán al frente de la que se espera sea una excursión exitosa.

Y en la que México - sexto en Toronto y un puesto por delante de Colombia en el recuento histórico - asoma como la competencia directa.

Tres, dos, uno, cero... comienza el difícil viaje hacia la cima continental.

Antecedentes

Colombia nació para el deporte panamericano en 1951. Ese año, en Buenos Aires, Jaime Aparicio se impuso en los 400 metros vallas y logró la primera y única medalla para su país.

Veinte años después en Cali, como anfitrión, el país se colgó cuatro oros antes de caer en un paradójico bache de dos décadas.

Solo fue hasta los juegos de La Habana, en 1991, cuando Colombia despertó de nuevo con hambre de gloria y alcanzó cinco podios dorados. Pero el punto de quiebre llegó en Winnipeg-1999, donde superó esa marca y se quedó con siete de las preseas más apetecidas.

Desde entonces aprendió a acumular hasta completar la bolsa de 27 oros en Toronto. “Es evidente que el deporte colombiano va en ascenso”, se alegra Lucena. 

Una evolución que según el mandamás de Coldeportes responde a una inversión mayor en el ciclo olímpico, incentivos para los medallistas y un trabajo permanente en “los deportes prioritarios”: atletismo, halterofilia, ciclismo.

Además, los entrenadores son contratados durante todo el año, “lo que garantiza que la preparación no tenga interrupciones”. El directivo anota una ventaja más: ahora cada deporte cuenta con un equipo médico y científico completo.

Expectativas

Así fue como Colombia - resalta Lucena - creó una “estrategia para mejorar de forma ascendente los resultados”. Y las expectativas corren de la mano de los números. Para la edición en Lima, habrá más atletas tricolores que en cualquier otros juegos. 

En Toronto fueron 290, 122 hombres y 168 hombres, y este año estarán “en competencia en Lima 346 deportistas, 177 mujeres y 169 hombres”, según el jefe de Coldeportes.

Lucena subraya un aspecto no menor de la delegación. “Un 51% de la representación será femenina”, con lo que el país se pone a tono con el reconocimiento de la equidad de género como principio en el deporte.

Colombia se medirá en 34 deportes y 50 disciplinas, pero redobla sus apuestas en el levantamiento de pesas, ciclismo en todas sus modalidades, patinaje de velocidad y atletismo.

Y sobre la mesa varios ases: Óscar Figueroa, oro en los Olímpicos de Río-2016 en levantamiento de pesas (62 kilogramos); Ibargüen, la campeona olímpica en triple salto; Pajón, reina absoluta de BMX.

Martínez, el minimosca de plata en Río; la boxeadora Ingrit Valencia, bronce también en 2016, la judoca Yuri Alvear, plata en las mismas justas, y Sara López, una de las mejores del mundo en tiro con arco compuesto y quien debutará en unos Panamericanos.

Y dos figuras en ciernes: la tenista María Camila Osorio y el clavadista Daniel Restrepo.

Ellos eclipsan bajas significativas: el gimnasta Jossimar Calvo, el colombiano más ganador en Panamericanos, y los ciclistas Fabián Puerta y Fernando Gaviria estarán ausentes por lesiones, sanción y retiro.

Más allá de Ibargüen

A sus 27 años, Yuberjen ‘Tremendo’ Martínez quiere subir de peso.

El minimosca ya piensa en dejar la categoría que le dio prestigio en Río para saltar al profesionalismo, quizá después de Tokio-2020.

Antes se subirá a los cuadriláteros en Lima, donde quiere completar el pleno de conquistas en el ciclo olímpico tras quedarse con el oro en los Bolivarianos (2017), en los Suramericanos (2018) y en los Centroamericanos y del Caribe (2018).

“Estamos muy centrados para dar lo mejor en Lima”, afirma con insistencia Martínez, abanderado de la delegación colombiana.

Durante su preparación en Bogotá, se fogueó con púgiles de Puerto Rico, Panamá, República Dominicana, Brasil y Perú, y cree que Colombia tiene todo para “arrasar” dentro de las cuerdas.

El joven que nació en Turbo, en el noroeste de Colombia, y rodó por varios lugares para hacerle el quite a la pobreza, unas veces como artesano, vendedor de dulces o arreglando bicicletas, quiere esta vez que sus puños le den la gloria panamericana.