El emblemático portero español Iker Casillas anunció que cuelga los guantes, tras más de un año sin jugar, después del infarto que sufrió en mayo de 2019.
“Es, a la vez uno de los días más importantes, y a la vez más difíciles, de mi vida deportiva: ha llegado el momento de decir adiós”, afirmó Casillas en un comunicado en las redes sociales.
“Mi recorrido en el mundo del fútbol empezó hace 30 años, ha sido un camino largo y, como todo camino, ha tenido momentos buenos, alegrías, pero también tristezas. En estos momentos de mi vida y con perspectiva, puedo decir sin lugar a dudas que ha merecido la pena”, añadió el portero del Oporto.
El portero español continuaba en el club portugués al que llegó en 2015, aunque no jugaba desde su infarto, lo que no le impidió participar de las alegrías del equipo al ganar este año la liga y la Copa portuguesas.
“Es un día difícil, pero no un día triste, me considero un afortunado por haber llegado hasta aquí, por cómo he llegado, por haber conseguido todo lo que he conseguido, por todo ello,... Estoy feliz”, escribió el que fue portero emblemático del Real Madrid y de la selección española.
Casillas se deshace en agradecimientos a los clubes por los que ha pasado, a sus compañeros y también a sus rivales, así como, sobre todo, a su familia.
“Lo importante es el camino que recorres y la gente que te acompaña, no el destino al que te lleva, porque eso con trabajo y esfuerzo, llega solo y creo que puedo decir, sin dudar, que ha sido el camino y el destino soñado”, añadió Casillas.
Casillas pone fin a una larga y exitosa carrera, llevada a cabo principalmente en el Real Madrid.
Con el equipo blanco, del que salió en 2015 rumbo a Oporto tras 15 temporadas, ganó 17 trofeos, entre los que destacan tres Ligas de Campeones (2000, 2002, 2014), un Mundial de Clubes (2014), una Copa Intercontinental (2002), dos Supercopas de Europa (2002, 2014) o cinco Ligas españolas (2001, 2003, 2007, 2008, 2012)./AFP