Carrerón de Nairo en busca del podio en el Tour de Francia | El Nuevo Siglo
AFP
Miércoles, 13 de Julio de 2022
EL Nuevo Siglo con AFP

Nairo Quintana dijo presente en el Tour de Francia y fue uno de los grandes protagonistas en la undécima etapa, en la que fue segundo, detrás del danés Jonas Vingegaard y se acercó al podio.

El boyacense, quien ya fue dos veces subcampeón de la legendaria competencia ciclística y otra vez tercero, llegó a esta edición de la ‘Grande Boucle’ con el anhelo de reeditar grandes faenas y tras una semana se mantenerse a la expectativa, siempre bien ubicado y tratando de no perder tiempo, ayer se mostró.

El danés, segundo en la pasada edición del Tour, superó en 59 segundos a un Nairo que llegó a liderar la carrera en el último tramo, y aventajó en 2 minutos y 51 segundos al líder del UAE, que baja al tercer puesto en la general, a 2 minutos y 22 segundos del nuevo líder. Entre ambos favoritos se intercaló en la general el francés Romain Bardet, a 2 minutos 16 segundos.

Quintana queda en quinto puesto, a 2 minutos y 37 segundos. Al final pagó caro el quedarse sin líquido y sin que sus acompañantes pudieran proveerlo, pero le quedó la satisfacción de demostrar que no está acabado, sino que sigue vigente y que si las piernas le siguen respondiendo, entre hoy el sábado puede estar de nuevo en el podio.

Vingegaard conquistó la fracción al coronar la subida final al Col du Granon, una victoria que le permitió colocarse como líder de la general, despojando del maillot amarillo a Tadej Pogacar.

El vigente doble campeón esloveno cedió su hegemonía en las rampas del Granon, un puerto de categoría especial en el que Vingegaard, de 25 años, logró su primera victoria del Tour, causando un vuelco en la general de la ‘Grande Boucle’.


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“Me cuesta asimilarlo, es realmente increíble, siempre soñé con ganar una etapa en el Tour. ¡Y además tengo el maillot amarillo!”, celebró Vingegaard, quien dio las gracias a su equipo “y sobre todo a Primoz (Roglic), que se comportó de forma muy generosa”.

Pogacar, lastrado por la eliminación de dos de sus gregarios debido a sendos positivos en covid-19, tuvo que hacer frente a una sucesión de ataques a lo largo del recorrido de esta primera etapa pura de montaña en el Tour, que dieron su fruto a unos cinco kilómetros de la meta, cuando perdió contacto definitivamente con Vingegaard.

“Al inicio de la etapa tenía buenas piernas, en el Galibier sufrí muchos ataques. Ellos (los corredores del Jumbo) trataron de acosarme, todo el equipo Jumbo estuvo muy fuerte”, reconoció Pogacar.

“Ahora me toca a mí atacar”, amenazó.

Entre los damnificados de esta espectacular etapa bajo un cielo soleado en la que se ascendieron el Telegraphe, el Galibier y el Granon, destaca también el español de Movistar Enric Mas, que se dejó más de ocho minutos en meta.

Como premonición de que lo daría de sí esta 11ª etapa, nada más producirse la salida lanzada, dos corredores de muchos quilates, Wout Van Aert con su maillot verde y el neerlandés Mathieu van del Poel buscaron el protagonismo, aunque su escapada codo con codo no cuajó y el neerlandés no tardaría en bajarse definitivamente en este Tour, que no le ha sonreído de la misma forma que un año atrás, cuando vistió el amarillo durante varias etapas.

Sin tiempo para asimilar este vuelco, el Alpe d'Huez aparece hoy como gran amenaza, en su regreso a la ‘Grande Boucle’ luego de cuatro años de ausencia, en una duodécima etapa que presenta uno de los recorridos más clásicos del Tour de Francia, entre Briançon y la estación de Oisans.

El Galibier, el punto de mayor altitud de esta edición de la ronda gala (2.642 metros), se subirá por segunda ocasión en dos días, aunque por la vertiente del Lautaret, la menos empinada./ENS-AFP