La taiwanesa Lin Yu Ting, una de las dos boxeadoras de los Juegos Olímpicos involucradas en una polémica de género, venció este viernes en su estreno en París-2024 a la uzbeka Sitora Turdibekova por decisión unánime.
La participación de Lin, que avanzó a los cuartos de final de los 57 kilos, y de la argelina Imane Khelif recibió numerosas críticas debido a que un año atrás fueron descalificadas del Mundial por fallar una prueba de género cuyos detalles se desconocen.
El viernes fue el turno del debut de Lin, quien exhibió una mayor movilidad y pegada frente a Turdibekova que le permitió dominar el combate desde el principio.
La espigada púgil taiwanesa, de 1,75m de altura, supo explotar su mayor envergadura frente a la uzbeka (1,70m).
Al ser preguntada por su género antes del combate, Lin dijo al canal taiwanés TVBS que sólo pensaba en "rendir mejor en el ring".
"Supongo que mis oponentes tienen miedo de mi fuerza", por lo que mis detractores "sólo buscan un resquicio y hacen un gran problema de ello", afirmó.
Lin compite en sus segundos Juegos después de Tokio-2020, donde fue eliminada en primera ronda.
Al igual que Khelif, Lin también ha recibido el apoyo de autoridades de su país. "Siempre he admirado la determinación de nuestros atletas, como la boxeadora Lin Yu-ting, cuya concentración y disciplina son profundamente inspiradoras", declaró en X el presidente taiwanés, Lai Ching-te.
"Son mujeres"
Las críticas a Lin y Khelif se centran en que ambas fueron retiradas del Mundial de boxeo de 2023 por no cumplir con los "criterios de elegibilidad".
Lin, de 28 años, fue incluso despojada de una medalla de bronce que se había asegurado.
Las descalificaciones fueron decididas por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA), organismo al que el COI le retiró la organización del torneo olímpico por falta de transparencia.
Inicialmente, el COI reportó en su sistema de información que Khelif había sido descalificada en 2023 por "niveles elevados de testosterona", pero este dato había sido retirado el viernes por la mañana.
Para mayor confusión, la propia IBA dijo que las boxeadoras no se sometieron a un examen de testosterona sino a una prueba "separada y reconocida" que determinó que incumplían los criterios de elegibilidad requeridos y que tenían "una ventaja competitiva sobre otras competidoras femeninas".
El COI ha defendido en varias ocasiones su decisión de permitirles competir en París. "Se trata de mujeres en su deporte y está establecido en este caso que son mujeres", dijo el martes el vocero del COI, Mark Adams.
Críticas desde sectores conservadores
La controversia seguía generando reacciones en la esfera política después de que el jueves, tras la retirada de la púgil italiana Angela Carini frente a Khelif, Giorgia Meloni protestara por la autorización del COI a la participación de la argelina.
Este viernes, el gobierno italiano emitió un comunicado en el que señalaba que la primera ministra y Thomas Bach, presidente del COI, acordaron que sus instituciones "permanecerían en contacto para evaluar cómo resolver este problema en el futuro", refiriéndose a "normas destinadas a garantizar la equidad en las competiciones deportivas".
El debate también se coló el jueves en la campaña presidencial estadounidense, con varios congresistas republicanos insinuando en redes sociales que Khelif es un hombre.
"Mantendré a los hombres fuera de los deportes femeninos", escribió Donald Trump sumándose a la polémica.