Boca Juniors-River Plate, tres superclásicos de máxima tensión | El Nuevo Siglo
River
Sábado, 31 de Agosto de 2019

El superclásico Boca Juniors-River Plate, los históricos archienemigos argentinos, volverá a tomarse la Copa Libertadores cuando se crucen en las semifinales, un nuevo capítulo de su enconada rivalidad que tuvo como punto más álgido la final de la edición 2018 que ganó el ‘millonario’, aunque tendrá un aperitivo mañana cuando se vean las caras en la Superliga.

El duelo se escenificará mañana en el estadio Monumental y acapara toda la atención en la quinta fecha de la Superliga argentina de fútbol.

El encuentro entre los dos clubes más populares de Argentina llega nueve meses después de la histórica final de la Copa Libertadores de 2018, que ganaron los ‘millonarios’ en Madrid, partido que se repetirá pero en semifinales.

River y Boca se medirán por primera vez en 2019, pero todavía con el recuerdo latente de la atrapante definición que protagonizaron en el estadio Santiago Bernabéu en diciembre del año pasado, donde River se impuso por 3-1 y se coronó campeón de la Libertadores-2018.

Ahora, el superclásico se jugará en el estadio Monumental, renovado para la oportunidad con obras que permitieron ampliar su capacidad a 70.000 espectadores, para que la fiesta sea toda roja y blanca en un duelo sin la participación de hinchas visitantes.

Disputadas cuatro fechas de la Superliga, Boca consiguió sacarle una ligera ventaja a River ya que luego de coincidir en los resultados en las primeras tres jornadas, los ‘xeneizes’ vencieron el domingo pasado a Banfield (1-0) y se subieron a la punta mientras que River tropezó en su casa (1-0) frente a Talleres de Córdoba.

No obstante, tanto River como Boca llegan a este compromiso enfocados en la Copa Libertadores.

En semifinales

River y Boca de nuevo protagonizan un encuentro de alto calibre en la Copa Libertadores. Las pulsaciones en el Monumental y las gradas de la Bombonera se alistan para una revancha que será definitiva pues es la oportunidad para los ‘xeneizes’ de curar la herida abierta de Madrid.

Con tranquilidad, los comandados por Gustavo Alfaro llegan a la semifinal de la Copa tras vencer 3-0 a Liga Deportiva de Quito en los cuartos. La garra y el temperamento son características esenciales del azul y oro al igual que el juego directo y físico que por momentos es brusco y agresivo.

Los lesionados, las bajas y la polémica acompañan a Alfaro en su primera etapa en el banquillo de Boca. El entrenador cuenta con una presión enorme que dejó Guillermo Barros, técnico que alzó dos Superligas consecutivas pero dejó ir la final más importante de la historia en el fútbol de dicho país.

Por su parte, los bosteros perdieron la definición de la Supercopa con Tigre, de Segunda División, que realizó un trabajo formidable y eliminó las esperanzas de la afición xeneize.

Es muy diferente el ambiente en River. El millonario sufrió más de la cuenta ante el siempre difícil Cerro Porteño de Paraguay clasificando con un marcador de 3-1 a la semifinal. En la vuelta, los guaraníes, dirigidos por Miguel Ángel Russo, por poco remontaron el marcador de no ser por una brillante actuación del portero y capitán de la banda cruzada, Franco Armani.

Rafael Santos Borré es un titular indiscutido en el once de la banda cruzada. El delantero colombiano, gracias a su nivel, se ganó un espacio en la convocatoria de Carlos Queiroz a la tricolor y estará presente en los amistosos del mes de septiembre frente a Brasil y Venezuela. De igual manera, la noticia que ilusiona a River es el regreso de Juan Fernando Quintero quien vuelve a los terrenos de juego en septiembre y llegará recuperado a las semifinales que se jugarán el 1 de noviembre en el Monumental y el 22 en la Bombonera.

Este será un superclásico con olor a café ya que en el lado bostero también militan colombianos aunque no cuentan con la misma titularidad que los de River. Frank Fabra, Jorman Campuzano y Sebastián Villa llevan en su espalda la camisa de Boca Juniors. De momento, Fabra es de los que más minutos tiene, Campuzano es alternativa y Alfaro no quiere poner en riesgo a Villa mientras no se defina su continuidad. El ex mediapunta campeón con el Deportes Tolima tiene una oferta del fútbol francés y existe una alta posibilidad de que se marche en el mercado de transferencias que cierra la otra semana.

Gallardo, punto a parte

El ‘Muñeco’ Gallardo se transformó en un ídolo para la afición millonaria gracias al proceso que implementó durante más de cuatro años en el banquillo del club. Con talante, esfuerzo y una renovación de nómina que tomó como punto de partida las divisiones menores, el entrenador de River es el más exitoso en la historia del plantel con un total de 10  títulos, superando al mítico Ramón Díaz que maneja 9.

Además de la cantidad de medallas que suma en su palmarés, cuenta con un récord especial pues derrotó a Boca en dos finales. La Supercopa 2018 y la Libertadores 2019. En ese sentido, también completó un rol fundamental en la Copa Suramericana de 2014 cuando la banda dejó en cuartos de final a su rival de patio luego de un desenlace fatal en La Bombonera donde un hincha lanzó gas pimienta al túnel de vestuario de los visitantes, lastimando a jugadores rivales.

La final del año pasado también estuvo manchada con polémica porque un aficionado, en esta oportunidad de River, lanzó gas lacrimógeno al bus que transportaba a Boca al Monumental. El evento terminó jugándose en el Santiago Bernabéu que recibió en sus gradas la definición más accidentada de la Libertadores.

El papel de De Rossi

Con menos de dos meses en el balompié argentino Daniele De Rossi se ganó un espacio en la afición de La Bombonera al llegar de la Roma de Italia directamente a la Superliga. El mediocentro rechazó una millonaria oferta de Qatar en donde tendría el triple de salario que goza de un sueldo de 500 mil dólares por cinco meses de contrato.

Su liderazgo, estado físico y experiencia sin lugar a dudas van a hacer de este superclásico un partido diferente al del año pasado. Entretanto, Carlos Tévez es otro jugador que cuenta con la labor de darle una mano a sus compañeros en el estado anímico. La presión en esta ocasión se encuentra en el lado bostero, que no gana una Libertadores desde 2007 cuando Miguel Ángel Russo alzó el título tras derrotar a Gremio de la mano de un brillante Juan Román Riquelme.