Con el empate 0-0 en el Metropolitano de Barranquilla, le tomó una ligera ventaja a Junior
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Una leve ventaja tomó el América sobre el Junior con el empate 0-0 en el duelo de ida de la final de la Liga Águila II, pero el suspenso se prolongará hasta el sábado cuando a partir de las 5:00 p.m. en el Pascual Guerrero se disputará el partido definitivo.
El punto que se llevaron los ‘Diablos Rojos’, sobre el papel, los pone a las puertas del cielo, o mejor de una nueva estrella, la que sería la 14 en su historia, pero en la cancha tendrá que hacerlo valer y para ello necesita ganar o ganar.
Para los ‘Tiburones’, el marcador tampoco es que sea una catástrofe. Los dirigidos por Julio Comesaña están acostumbrados a afrontar este tipo de situaciones y aunque ayer se encontraron con un adversario que supo plantearles el partido, taponarles la salida, incluso teniendo menos tiempo la pelota que el local, registró apariciones peligrosas frente al arco defendido por Sebastián Viera.
Y es que a lo largo de los 90 minutos oficiales, más la adición, Junior manejó el esférico, lo tuvo cerca del 63% y se arrimó al arco defendido por Neto Volpi en unas 12 ocasiones, pero a puerta solo remató en dos oportunidades, mientras que el visitante tuvo tres disparos que exigieron a Viera.
Fue un partido intenso, pero no con el ritmo que esperaba Junior porque América lució ordenado, le dio espacios para que llevara el balón pero cuando se hizo necesario lo apretó y le causó problemas para rematar a puerta.
Los tres volantes de los escarlatas, Carlos Sierra, Luis Paz y Rafael Carrascal, hicieron un trabajo impecable en la recuperación del balón y el manejo, al punto que ‘borraron’ a Cantillo, quien generalmente es el encargado de iniciar los ataques tiburones desde atrás.
Es cierto que el local incomodó por la movilidad de Teo Gutiérrez y el ‘Chino’ Sandoval y también lo es que los extremos estuvieron muy ocupados ayudando a controlar las salidas de los laterales escarlatas.
Fue un partido muy trabajado, con un local llevando la iniciativa y un visitante aguantando pero sin renunciar a atacar. Y lo hizo con orden, con criterio. Además supo aguantar, mostró jerarquía en sus jugadores y disciplina táctica.
Normalmente los partidos que definen títulos son muy tácticos y eso los hace aburridos. El de ayer en el Metropolitano de Barranquilla tuvo picante, derroche de ganas y alguna que otra pincelada de talento.
Esta vez los cambios no le funcionaron al técnico Comesaña porque no hicieron diferencia con los que fueron inicialistas, mientras que Guimaraes hizo lo justo para defender el empate, al enviar a la cancha a dos defensores, Zabaleta y Franco. La otra variante fue obligada por la lesión de Guevara y su sustituto fue Cabrera.
Los miles de aficionados que colmaron el Roberto Meléndez esperaban ver a un Junior contundente, que pusiera distancia en el marcador frente a su rival para ir el sábado al Pascual Guerrero con el título en su bolsillo. No fue así por una sencilla razón, al frente estuvo un rival serio, que supo controlar a los generadores de fútbol ofensivo, que lo dejó llegar hasta frente a su área pero le cerró los ángulos de remate a puerta y que cuando tuvo que arriesgar lo hizo.
Junior se vio sorprendido por el planteamiento de los ‘Diablos Rojos’, que sobre el papel se pararon para defender y nada más, pero que supo cómo crear riesgo y hasta pudo llevarse no el empate, sino los tres puntos.
Para que el partido fuera redondo faltó el gol y no es porque los protagonistas no lo hayan buscado, sino porque cuando lo pudieron hacer con claridad se encontraron con dos porteros seguros.
Los técnicos tendrán toda la semana para analizar al rival, decidir cómo encarar el juego de vuelta y ante todo, cómo hacer para romper la resistencia, convertir el gol o los goles que les dé la victoria y celebrar bien sea la estrella 14 por el lado de los escarlatas o la décima por parte de los tiburones.