“¿Aló Ministro Lucena?, le saluda su amigo Fernando Jaramillo, para informarle que ya soy el presidente de la Dimayor y que necesitamos, ahora sí, la mano del Gobierno nacional para poner en marcha la reactivación del torneo profesional del fútbol.
Como Usted, recordará esto estaba muy empantanado, la entidad no tiene recursos y lo poco que había en caja, tocó arreglar a Vélez para que se fuera sin decir ni ‘mu’. Porque como Usted se podrá haber dado cuenta, el ex no se ha manifestado en ningún medio y hasta ahora, el ‘supuesto’ compromiso hecho antes de salir lo está cumpliendo.
La vaina Ministro, es que ahora me metí en la ‘vaca loca’, aquí lo que hay es desolación, la plata del exterior como se sabe no llegará, la mayoría de los clubes están sin un solo peso en los bancos y adeudan sueldos y primas a los jugadores, parte administrativa y lógico a los técnicos, así que necesito una solución, un banco de segundo piso para que nos desembolse y nos dé un buena taza de interés, de lo contrario este torneo no podrá arrancar”.
Este diálogo, suponemos, se pudo haber dado entre el ministro Lucena y el nuevo presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo, porque si su candidatura la impulsaron desde el Gobierno, ahora no lo podrán dejar solo y le tendrán que ayudar a buscar los patrocinadores que bien podrían ser los bancos con toda la plata que se han ganado durante la pandemia.
Para nadie es un secreto que las únicas que tienen dinero son las entidades financieras, porque a la cerveza y el trago, las fechas con Ley seca en los municipios los dejaron secos y estos no cuentan con recursos.
Muchos de mis colegas periodistas pedían a gritos hace unos días que por favor le dieran comienzo al torneo porque de ello se beneficiaban más de 500 mil personas, pues a la luz de lo que estamos viendo, no se podrán ver favorecidos ni el 10%; esto de jugar a puerta cerrada no da oportunidad a vender en las afueras del estadio, menos a vender camisetas porque si antes se vendían copias, ahora no los dejarán ni arrimar por aquello de la pandemia, así que ni se hagan ilusiones que con la apertura del torneo van a solucionar su situación económica.
A decir verdad, el presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo, está metido en una sin salida tremenda, o busca plata porque WIN no paga si no se juega el torneo completo, los estadios valen un ‘jurgo’ alquilarlos, pero como no hay público los alcaldes de los municipios podrían bajar el canon de arrendamiento, no tendrán que llevar tanta Policía, ni generar empleos para las porterías, etc.
La cosa está color de hormiga y los jugadores, creo, no se van aguantar estar concentrados cuatro meses lejos de sus familias y ese costo -dicen- superaría los $13 mil millones, mejor dicho el continuar el torneo parece no estar a la vuelta de la esquina, si no se superan los problemas financieros de los equipos de fútbol, porque aquí no hay clubes, son solo dueños de equipos.