Los animales son iniciados desde el nacimiento en el tráfico ilegal de fauna silvestre, según lo han podido comprobar las autoridades de la capital de la República.
Increíblemente, de acuerdo a los registros oficiales, la mayoría de las víctimas son aves.
La crueldad de los traficantes de fauna silvestre en el país no para. Ahora hasta utilizan a los animales recién nacidos para comercializarlos en el mercado negro de Bogotá.
El mes pasado ingresaron al Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre de la Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) 67 animales “bebés”, entre aves, mamíferos y reptiles, que fueron decomisados en diferentes puntos de Bogotá por la entidad en cooperación con la Policía Ambiental y Ecológica.
En el caso de las aves, algunos de los pequeños recién nacidos eran transportados en sus propios nidos, sin plumas por su corta edad y con los ojos cerrados; condenándolos así a una muerte casi segura, ya que reemplazar los cuidados dados por su madre es muy difícil.
El grupo de “bebés” que actualmente se recupera en el Centro de Fauna de la SDA lo componen 9 loras reales, 19 pericos bronceados, 19 tortugas icoteas del Caribe, 4 cascabelitos, 4 cotorras carisucias, 3 azulejos, 3 mirlas blancas, 2 currucutús, 2 chelas azules, una boa constrictor y un mono cariblanco.
Estos animales provenían de los departamentos de Cundinamarca, Tolima, Bolívar, Meta, Amazonas, Cesar y Santander.
Según Carmen Rocío González, subdirectora de Silvicultura, Flora y Fauna de la SDA, debido a su corta edad y al estrés sufrido por su transporte, muchos de estos animales no lograrán sobrevivir.
“Estos animales requieren de un cuidado y manejo muy especial, ya que se debe conseguir en ocasiones una madre sustituta, un alimento que debe ser sondeado y adaptarlos a una temperatura muy elevada, similar a la de su nido o refugio. Muchos de ellos no logran sobrevivir al estrés y no reciben el alimento suministrado al notar la ausencia de su madre”, puntualizó González.