Sábado, 31 de Enero de 2015
Sin una de las banderas clave de su discurso populista, la férrea austeridad para superar la recesión, ya que la economía española no sólo rompió con cinco años de crecimiento nulo y se convirtió en 2014 en una de las más dinámicas de la zona euro, el pequeño partido Podemos intentará demostrar hoy su fuerza política con una “toma” a la Puerta del Sol de Madrid.
Alentado por la victoria de su aliado Syriza en Grecia, Podemos, esta formación surgida del entorno de 'los indignados' -el movimiento de protesta social que a partir de mayo de 2011 movilizó a multitudes en España contra la austeridad, la banca y la "casta corrupta"-, tiene la esperanza de imponerse en varias de las convocatorias de este frenético año electoral.
Y basa esa ilusión en su inesperado y rápido auge entre los españoles. Así en menos de un año se colocó en cabeza de los sondeos electorales, superando ampliamente al Partido Socialista, principal fuerza de oposición y algunas veces a los conservadores del gubernamental Partido Popular, cuyo líder Marino Rajoy ha logrado con la inevitable austeridad y otras férreas medidas –de por sí impopulares- que España retomara la senda del crecimiento económico (fue 1,4% el año pasado), aunque la recuperación será lenta.
Sin embargo, en la convocada “Marcha del Cambio”, Podemos esgrimirá que el desempleo se mantiene alto (23% de la población activa), que la mayoría de habitantes del país vive peor que antes de la crisis, las utilidades de la banca y que "una minoría corrupta ha protagonizado el mayor saqueo y la mayor desvergüenza de nuestra historia reciente".
"Llega la esperanza", exclamó un eufórico Pablo Iglesias, el líder de Podemos tras la victoria de la izquierda radical de Alexis Tsipras en Grecia con un discurso antiausteridad. Y fue más allá al señalar que “Ya se escucha el tic tac... la cuenta atrás para Mariano Rajoy".
Y, aunque sin una plataforma programática concreta, Iglesias y su naciente formación tiene en la mira las elecciones regionales y las legislativas nacionales de fin de año.
Este profesor de Ciencias Políticas de 36 años y larga melena recogida en una cola de caballo, ha concitado el descontento político de un sector de los españoles, en su mayoría jóvenes, preconizando el cambio hacia “una política al servicio de la gente y no al servicio de los intereses privados”.
Pero estos nuevos actores del tablero político sin experiencia no serían tan transparentes y desinteresados como parecen. Al menos así se puede derivar de las denuncias que los partidos tradicionales españoles y prensa de todas las tendencias han hecho. Así han cuestionado la falta de concreción de su programa político, las simpatías de sus dirigentes por el socialismo del difunto presidente venezolano Hugo Chávez y las presuntas irregularidades atribuidas a algunos de sus dirigentes, principalmente en sus trabajos como profesores universitarios.
En respuesta, la dirección de Podemos tomó distancias con las experiencias de Chávez y sus seguidores en América Latina y prometió publicar muy pronto sus declaraciones fiscales para alejar toda sospecha.
El jefe del gobierno, el conservador Mariano Rajoy, aseguró a los españoles: "No podemos jugar a la ruleta rusa" votando a un partido "que promete la luna e incluso el sol".
La manifestación de hoy es atípica porque está convocada por un único partido, aunque sus militantes estén regularmente presente en las grandes protestas contra la austeridad y la corrupción.
"Es una apuesta arriesgada", estima Jose Ignacio Torreblanca, que está terminando un libro sobre Podemos.
Pese a que evitan avanzar una cifra de participación, se arriesgan a hacer en las calles una demostración que esté por debajo de las expectativas, considera. Seguramente buscan disipar la impresión de que sólo existen en la televisión o en las redes sociales y es verdad que "manifestarse juntos crea la sensación que son reales y no sólo virtuales", agrega.
Para este experto del 'think-tank' European Council on Foreign Relations, la imprecisión del programa de Podemos no es una debilidad ya que “los electores no se leen los programas políticos de 400 páginas". Y destaca que su exitosa estrategia consiste en presentarse como una fuerza política joven frente a los viejos partidos con pocas ideas.
Lo que es cierto, es que la palabra “cambio” ha sido a nivel mundial clave en las campañas políticas y triunfos electorales. De la misma forma, muchos de quienes han llegado al poder con ese eslogan, les ha sido difícil después materializar esa esperanza de nueva era. Así la desilusión ciudadana y apatía electoral vuelven a ser la constante política. El Podemos español sueña con ser la excepción y por lo pronto, un primer test será el que enfrenten hoy, cuando hacerse “contar” en las calles puede ser un arma de doble filo./EL NUEVO SIGLO – AFP