NO hay razón religiosa, política o de retaliación que justifique atentar o segar la vida a alguien y mucho menos cuando se asesina con sevicia a personas en estado de indefensión y ajenas a conflictos o demenciales luchas ideológicas.
Es por esa razón que no hay palabras suficientes para condenar el acto abyecto que los fundamentalistas islámicos, aupados bajo el rótulo talibán y aupados en un supuesto “mandamiento” religioso cometieron ayer en una escuela paquistaní, matando a 141 personas, de ellos 132 niños y dejando heridas a otras 120.
Demencia, depravación, horror, acto de cobardía y crimen contra la humanidad fueron algunos de los calificativos que los líderes mundiales dieron a este atentado, el más sangriento en la historia de Pakistán.
Siete horas de terror y muerte se vivieron en una escuela en los suburbios de Peshawar, donde un comando talibán, integrado por seis suicidas que vestían uniformes militares irrumpió con armas automáticas y cinturones llenos de explosivos. Iniciaron un recorrido de muerte, aula por aula, y sin mediar palabra dispararon indiscriminadamente contra estudiantes y maestros de la escuela.
La barbarie fue reivindicada, horas después y sin ningún atisbo de remordimiento, por el Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP) para vengar la ofensiva militar que tiene lugar desde junio contra sus refugios de las zonas tribales vecinas.
"Llevamos a cabo este ataque después de una investigación que indicó que los niños de varios altos responsables del ejército estudiaban en esa escuela", dijo Muhamad Jurasani, un portavoz del TPP, al revindicar el vil acto.
El líder talibán dijo que se ordenó a los autores del ataque "disparar a los estudiantes más mayores, pero no a los niños", intentando absurdamente dar una explicación.
Según testigos, los atacantes pasaron de clase en clase para matar a los niños, y por lo menos uno de ellos hizo estallar la bomba que llevaba encima. Los otros cinco fueron abatidos en la operación de retoma.
Un paquistaní de 16 años, Shahrukh Khan, contó desde su cama, en un hospital de Peshawar, que vio la muerte "de cerca" y fingió haber fallecido para sobrevivir.
"Tragedia nacional"
El primer ministro Nawaz Sharif, quien denunció esta "tragedia nacional" provocada por "salvajes", decidió ir al lugar, algo muy raro en este país habituado a los ataques de este tipo.
Desde el comienzo del ataque, el TTP había indicado que se trataba de "una respuesta a la ofensiva Zarb e Azb, a la ola de asesinatos perpetrada contra los talibanes y al hostigamiento de sus familiares".
Este grupo armado, creado en 2007, que también busca la instauración en el país de una severa ley islámica, ha atacado a cientos de escuelas públicas en los últimos años, y en 2012 intentó matar a Malala Yousafzai, una joven que milita por la educación de las niñas en esta misma región del noroeste.
Ese intento de asesinato le dio fama mundial y este año fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz.
Desde Gran Bretaña, donde está radicada, Malala, de 17 años, denunció los "actos atroces y cobardes" de los talibanes. “Tengo el corazón roto por este acto de terrorismo sin sentido y a sangre fría en Peshawar…Yo, junto a millones de personas en todo el mundo, lloro a estos niños, mis hermanos y hermanas, pero no nos derrotarán nunca", indicó.
Los líderes mundiales también condenaron la masacre.
"Tomando como blanco a estudiantes y maestros en este ataque horrendo, los terroristas mostraron nuevamente su depravación", señaló Obama en un comunicado, destacando el compromiso de Estados Unidos con el gobierno paquistaní "para combatir al terrorismo y al extremismo" y promover la paz y la estabilidad en la región.
El Secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, consideró que "Es un acto horroroso y de cobardía atacar niños indefensos mientras aprenden. Ninguna causa puede justificar tal brutalidad. Ningún reclamo puede ser excusa para un horror así".
Los vecinos India y China sumaron su voz. El primer ministro indio Narendra Modi, fustigó el "ataque terrorista cobarde" a través de Twitter, calificándolo como "un acto sin sentido de brutalidad atroz".
"Con este ataque, los talibanes han caído a lo más bajo, para siempre", señaló el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra'ad Al Hussein, quien calificó el episodio como "totalmente despreciable e incomprensiblemente violento".
La organización de derechos humanos Amnistía Internacional, por su parte, consideró que se trata de "uno de los ataques del Talibán más chocantes de la memoria reciente".
"Este inadmisible ataque talibán es un serio recordatorio de que los civiles en el noroeste de Pakistán necesitan desesperadamente protección efectiva de los grupos militantes", señaló David Griffiths, subdirector de la organización para Asia y el Pacífico.
El primer ministro turco Ahmet Davutoglu anunció que en su país el miércoles será un día de luto nacional en honor a las víctimas, mientras que el presidente francés, Francois Hollande, calificó el ataque como un acto "vil".
Por su parte el Ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Paolo Gentiloni, dijo que "el asesinato niños en Peshawar es un crimen contra la humanidad".
Y, la jefa de la diplomacia de la Unión Europea señaló que "lo que ocurrió hoy /ayer), nos recuerda a todos cuán fuerte es la amenaza que representa aún el movimiento talibán, y cuán frágil y peligrosa sigue siendo la situación en la región", estimó por su parte la jefa de la diplomacia de la Unión Europea Federica Mogherini.