Un alto componente de prevención dirigida a niños y adolescentes presenta la Política Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, señaló ayer el alto Consejero para la Convivencia, Francisco José Lloreda Mera, en el marco del Foro Internacional de Buenas Prácticas en Prevención de la Delincuencia Juvenil, organizado por el Gobierno Nacional, Eurosocial y la Agencia de Cooperación Alemana – GIZ.
“Nuestra política tiene un componente fuerte en prevención dirigida a niñas, niños y adolescentes. La mejor vacuna contra la violencia y la criminalidad en el largo plazo son las intervenciones en la familia y en la institución educativa”, aseguró Lloreda.
Entre los aprendizajes exitosos, el Alto Consejero destacó las prácticas de buena crianza a madres desde la etapa de gestación y en los primeros años del niño, los jardines y preescolares de excelente calidad, y la vinculación de los padres en la educación de sus hijos. Así mismo, hizo mención a algunas experiencias que ofrece a la juventud alternativas de educación y de trabajo frente al crimen y la apertura de los escenarios deportivos de las escuelas de primaria y secundaria durante los fines de semana, a jóvenes y miembros de la comunidad.
“De más de 300.000 intervenciones estimadas, no más de 500 cuentan con evaluación científica de rigor, y sólo 8 programas de intervención en prevención secundaria y terciaria son consideradas un modelo”, enfatizó Francisco Lloreda.
En cuanto al proceso de implementación de la Política Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana, el funcionario dijo que “desde hace año y medio trabajamos en 4 regiones y 24 ciudades, en donde se realizó una priorización, se adelantaron diagnósticos pragmáticos de delitos y factores determinantes, y posteriormente se llegó a una focalización. Se identificaron cuáles de las líneas de acción de la política eran útiles y podían aplicarse. Con esto ya contamos con 24 planes integrales de seguridad a nivel local, 20 aprobados y 4 nuevos en proceso de ajuste”.