A. del Sur, cantera del fútbol chino | El Nuevo Siglo
Lunes, 15 de Febrero de 2016

La magia brasileña, la calidad argentina y el talento colombiano: China firma cheques en blanco a algunos de los futbolistas más determinantes de Sudamérica, convertido en prolífica cantera del gigante asiático.

 

La apuesta es descomunal. Multimillonaria. China va en serio. No quiere ser "la nueva Estados Unidos", liga donde van a retirarse leyendas como el italiano Andrea Pirlo, el inglés Steven Gerrard o el español Raúl González. Donde decidieron emigrar los Pelé o Franz Beckenbauer antes de colgar definitivamente sus botines.

 

China busca talento contrastado y jugadores con sus mejores años por delante. Y no dudan a la hora de invertir lo que haga falta. Los ejemplos más recientes: el brasileño Alex Teixeira, de 26 años, abandonó el Shakhtar Donetsk ucraniano rumbo al Jiangsu Suning y el artillero colombiano Jackson Martínez, de 29, dejó el Atlético de Madrid para enfundarse la casaca del Guangzhou Evergrande.

 

El internacional 'verdeamarelho' costó unos 56 millones de dólares, el cafetero en torno a los 46.

 

"Se llevan jugadores sudamericanos porque tenemos habilidades, técnica y poder de resolución diferentes a los jugadores asiáticos", declaró el colombiano Mauricio Molina, ex del Santos y que jugó seis años en Corea.

 

"Como profesionales tenemos que verlo como una oportunidad laboral. Tenemos carreras cortas y hay que pensar en la estabilidad económica para nuestras familias. Está claro que los jugadores colombianos recién transferidos están persiguiendo un interés económico", añadió.

 

Hoy 26 brasileños integran la mayor comunidad extranjera en la Superliga china, siendo el propio Teixeira, Ricardo Goulart, Ramires o Diego Tardelli sus máximos exponentes, mientras que otros 12 disputarán la segunda división, según el sitio especializado Transfermarkt. Además, 134 jugaron allí de 2003 a 2010, de acuerdo con medios brasileños.

 

"La irrupción de China es perjudicial para el fútbol brasileño porque está inflacionando el mercado y sin mucha consistencia. No sabemos hasta cuándo van a durar estas inversiones, aunque parece que obedecen más a una burbuja momentánea", comentó a la AFP Ary Rocco, profesor de Marketing Deportivo de la Universidad de Sao Paulo.

 

"El jugador brasileño no comienza en el fútbol para jugar en la selección o fichar por el Barcelona, entra para resolver los problemas económicos derivados de sus orígenes humildes. La mayoría tienen muchos parientes y amigos a los que apoyar y van a la maximización del resultado, son agentes económicos puros", dijo por su parte Luis Paulo Rosenberg, economista y exvicepresidente del Corinthians.

 

"Si China va a tener un buen fútbol o malo, mientras que ellos reciban sus millones, no importa", subrayó.

 

Walter Montillo (Shandong Luneng), Emanuel Gigliotti (Chongqing Lifan) y Darío Conca (Shanghai SIPG) conforman la representación albiceleste, Marcelo Moreno Martins la boliviana y Mario Rondón (Shijiazhuang Ever Bright) la venezolana mientras que Colombia contará con nueve jugadores, cuatro en primera (Jackson Martínez, Giovanni Moreno, Fredy Montero y Fredy Guarín) y cinco en segunda (Carmelo Valencia, Ricardo Steer, Jair Reinoso, Luis Carlos Cabezas y Jhon Eduar Valoy).

 

"Los equipos y los empresarios chinos siempre han visto con buenos ojos al fútbol y al futbolista colombiano", explicó el agente de jugadores Fabio Marín Pilonieta.

 

- El argentino Conca abrió el camino -

 

Hoy es moda pero, hace unos años, una transferencia de este calibre era la excepción.

 

En 2011, el argentino Darío Conca dejó el Fluminense para convertirse en uno de los jugadores mejor pagados del planeta en el Guangzhou Evergrande, entonces un club chino modesto que acababa de ascender.

 

A las órdenes del campeón del mundo Marcello Lippi, el Guangzhou y Conca ganaron la Liga de Campeones de Asia en 2013, 23 años después del último éxito chino en la competición (en 1990, Liaoning Whowin).

 

De 2010, año de su ascenso, a 2015, Guangzhou ganó cinco ligas y dos de las últimas tres Champions asiáticas, con Conca y los brasileños Muriqui, Elkeson o Cleo como figuras en diferentes momentos.

 

El modelo ha dado resultado. Y ahora, el resto de equipos, lo están imitando.

 

Las normas del campeonato chino especifican que cada cuadro puede tener un máximo de cuatro extranjeros no asiáticos en su plantilla y sólo tres pueden coincidir sobre el verde. Los elegidos: brasileños, argentinos, colombianos...

 

Sin ir más lejos, el Guangzhou ha optado este año por "gastarlos" en Jackson y los brasileños Paulinho, Ricardo Goulart y Alan.

 

- Una cuestión de estado -

 

Los clubes de la Superliga China han gastado hasta ahora unos 290 millones de dólares cuando quedan dos semanas para que se cierre el mercado chino.

 

Sólo Teixeira y Jackson han costado más que el portugués Cristiano Ronaldo y prácticamente lo mismo que el galés Gareth Bale, el futbolista más caro de la historia.

 

Esta fiebre por adquirir futbolistas a precio de oro está motivada por la comisión del Partido Comunista dirigido por el presidente Xi Jinping, aficionado confeso del fútbol, que proclamó que revitalizarlo "es una obligación para convertir a China en una potencia deportiva en el marco del sueño chino".

 

"En China querían hacer crecer el fútbol y querían saber por qué no progresaban. El problema es que un juvenil no puede empezar a los 16 años, porque estudia todo el día en el colegio. Ahora decidieron poner el fútbol en las escuelas primarias y secundarias", explicó el argentino Sergio García, excampeón del mundo sub-20 en Japón-1979 y hoy coordinador de la escuela Fundación Atlético Madrid en Buenos Aires, que dirigió hace años en Argentina una escuela de futbolistas juveniles chinos, a la AFP.

 

"Considero que invertir tanto dinero es (...) más una operación de marketing que un crecimiento del deporte", valoró.

 

China sólo ha disputado un Mundial, el de Corea y Japón 2002. Jugó tres partidos y perdió los tres. Recibió nueve goles y no marcó ninguno. Una década después su liga está en boca de todos.

Xi Jinping ya lo avisó en 2011, cuando era vicepresidente: China quiere clasificarse, organizar y después ganar una Copa del Mundo... Si algún día lo consigue, le deberá gran parte del trofeo a Sudamérica./AFP