“Si uno quiere hacer un cambio quitándole tres ceros al peso, debe cumplirse en el mejor momento, como ahora”, comentó el gerente del Banco de la República, José Darío Uribe, al resaltar que la creación del nuevo peso es una iniciativa que surge en un momento de estabilidad de precios, de una inflación del tres por ciento que se ha mantenido durante los últimos tres años.
Se trata del proyecto número 34 de 2010 Senado, “por medio de la cual se modifica la denominación de la moneda legal en Colombia, en desarrollo del numeral 13º del Artículo 150 de la Constitución Política”, de autoría del senador Antonio Guerra, de Cambio Radical, que también es su ponente en compañía de los senadores Juan Mario Laserna y José Darío Salazar, del Partido Conservador.
En cuanto a los eventuales costos que acarrea la impresión de los nuevos billetes y la fabricación de las nuevas monedas, Uribe anotó que si se da un periodo de transición, no tiene por qué costar altas sumas, puesto que de todas formas los billetes se reemplazan en la medida que se van deteriorando.
En cuanto a las monedas, dijo que ellas tienen un periodo de durabilidad de tres años y anotó que lo que se debe fabricar son monedas de baja denominación.
“Entre más tiempo tengamos para reemplazarlos, menores van a ser los costos y el impacto que ello tenga sobre las cuentas del Banco. Se requiere trabajar en un programa educativo, para que la gente aprenda rápidamente a manejar las monedas nuevas”, indicó Uribe.
El gerente del banco emisor añadió que “analizamos cuánto cuesta y nos da un valor aproximado de 170 mil millones de pesos. Eso no significa que los asuma el banco en un año, porque se puede diferir en cambio en varios años, para que convivan las monedas viejas y las nuevas”.
Uribe aclaró que la impresión de los billetes y la fabricación de las monedas no se paga a través del Presupuesto General de la Nación, sino con dineros del emisor que tiene autonomía técnica y presupuestal; calculó que la campaña educativa cuesta 30 mil millones de pesos.