La economía colombiana continúa en un proceso de ajuste a la caída de los precios del petróleo, tanto en el frente externo, como en el fiscal, el monetario y en el de crecimiento y generación de empleo.
Durante el primer semestre de 2016 la cuenta corriente de la balanza de pagos del país arrojó un déficit de US$6.284 millones, inferior en US$3.233 millones al registrado en igual período un año atrás, explica un reporte del Banco de la República.
Como proporción del PIB semestral, el déficit fue de 4,8%, lo que significó una reducción de 1,5 puntos porcentuales frente al déficit de 6,3% del PIB observado un año atrás.
En lo corrido de 2016 a junio, la cuenta financiera, incluyendo una disminución de las reservas internacionales por US$57 millones, registró entradas netas de capital por US$6.805 millones, inferiores en US$2.755 millones a lo observado en igual período de 2015 cuando totalizaron US$9.560 millones.
En términos del PIB semestral, la cuenta financiera disminuyó de 6,3% a 5,2%. Por su parte, los errores y omisiones durante 2016 a junio se estimaron en US$520 millones.
Impacto
De otro lado, un documento del Ministerio de Hacienda y Crédito Público indica que este proceso se está dando en un momento en el que la economía mundial se encuentra en un lento proceso de recuperación: Estados Unidos crece por debajo de lo esperado, Europa y Japón continúan enfrentando serios retos en materia de crecimiento, y China transita hacia un modelo más enfocado en el consumo que en la inversión.
En este contexto, que afecta a todos los países de la región, los retos para la conducción de la política económica en Colombia son múltiples y complejos: corregir el desbalance en la cuenta corriente, controlar la inflación, proteger a los más vulnerables, avanzar en la construcción de infraestructura y vivienda, e impulsar nuevos liderazgos en materia de crecimiento económico y empleo.
Las decisiones de empresas y hogares son determinantes para sortear exitosamente estos retos, pero las acciones y las señales del Gobierno en particular, y del Estado en su conjunto, serán fundamentales para guiar dichas decisiones.
La política fiscal del Gobierno nacional es una pieza clave de este rompecabezas. En ese sentido, el Marco Fiscal de Mediano Plazo juega un papel que trasciende ampliamente el mero cumplimiento de un requerimiento legal.
Debe ser una carta de navegación clara para la próxima década, que cumpla con las exigencias que impone la Regla Fiscal pero que al mismo tiempo permita que la inversión pública recupere parte del espacio que ha perdido en medio del proceso de ajuste que han sufrido las finanzas públicas en los últimos años.
Si se compara la situación actual de las finanzas del Gobierno con la que éstas tenían en el año 2013, la severidad del choque petrolero es evidente.
Por una parte, la renta petrolera del Gobierno (que corresponde a los impuestos pagados por las empresas del sector y los dividendos pagados por Ecopetrol a la Nación) habría pasado de 3,3% del PIB en 2013 a -0,1% del PIB este año; es decir una reducción de 3,4 puntos porcentuales del PIB.
Por otra parte, la devaluación del peso frente al dólar y la aceleración de la inflación han encarecido el pago de intereses de la deuda en 0,9% del PIB. En suma, el choque fiscal para el Gobierno en estos últimos tres años asciende a 4,3% del PIB.
Comportamiento
Por componentes de la balanza de pagos, el déficit corriente del país del primer semestre de 2016 (US$ 6.284 millones) se explica principalmente por el resultado deficitario de la balanza comercial de bienes (US$ 5.165 millones).
También contribuyeron, aunque en menor medida, los balances deficitarios de los rubros de renta de los factores (US$2.197 millones) y comercio exterior de servicios (US$ 1.612 millones), compensados parcialmente por los ingresos netos de transferencias corrientes (US$2.689 millones).
En comparación con lo ocurrido un año antes, el déficit corriente de 2016 hasta junio disminuyó US$3.233 millones, explicado principalmente por los menores egresos netos de los rubros renta de los factores (US$1.531 millones) y comercio exterior de servicios (US$814 millones).
También contribuyeron a esta reducción el menor déficit de la balanza comercial de bienes (US$506 millones) y los mayores ingresos netos por transferencias corrientes (US$383 millones).
La evolución trimestral en dólares de la cuenta corriente, indica que el nivel del déficit del segundo trimestre de 2016 (US$2.784 millones) es inferior a los valores trimestrales registrados desde mediados de 2013, explica el reporte del Emisor.
La balanza comercial de bienes durante el primer semestre de 2016 registró un déficit de US$5.165 millones, inferior al de un año atrás cuando se ubicó en US$5.671 millones.
Las exportaciones de bienes del país durante el período de análisis totalizaron US$15.569 millones, con una disminución anual de 23,6% (US$ 4.819 millones).
El descenso del valor total exportado se originó principalmente por las menores ventas externas de petróleo y sus derivados (US$3,718 millones), y en menor medida por la caída en las ventas al exterior de productos industriales (US$568 millones) y de carbón (US$457 millones).
El menor valor despachado de petróleo crudo se explica tanto por la reducción en su precio de exportación como de sus volúmenes despachados.
Por su parte, el valor importado de mercancías en el primer semestre de 2016 totalizó US$20.734 millones, con una disminución anual de 20,4% (US$5.324 millones). La caída del valor importado fue generalizada, señala el informe del Banrepública.
Se destacan las menores importaciones de insumos y bienes de capital para la industria (US$2,159 millones, 20%) y de equipo de transporte (US$1,514 millones, 52%).
También cayeron las compras externas de bienes de consumo en US$878 millones, (19%).
En cuanto a los términos de intercambio del país, estos aumentaron trimestralmente 17.4% a junio de 2016, en contraste con el descenso observado en los dos trimestres previos cuando se registraron caídas trimestrales de 5,8% y 7,3%.
El mejoramiento de los términos de intercambio fue jalonado por el aumento de los precios de exportación (17,6%), en contraste con el leve incremento de los precios de las importaciones (0,1%). La evolución anual de los términos de intercambio muestra que estos cayeron 7,8% durante el segundo trimestre del presente año.