El poderoso huracán Harvey tocó tierra la noche del viernes en la costa estadounidense de Texas, donde ya fue declarado el estado de catástrofe natural, con una fuerza inédita en una década y que presagia "inundaciones catastróficas".
Harvey, que se fortaleció a categoría 4 en las últimas horas, llegó a tierra a las 22H00 (03H00 GMT del sábado) cerca de la ciudad de Rockport, con vientos sostenidos de 215 km/h, informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami.
El presidente Donald Trump finalmente declaró el estado de catástrofe natural --tal y como pedía el gobernador de Texas, Greg Abbott--, para poder liberar fondos federales, con el objetivo de atender los destrozos que provoque el paso de Harvey.
"Obviamente ya podemos decir que, en este punto, será una gran catástrofe natural", declaró Abbott, quien desplegó a 1.000 miembros de la Guardia Nacional de su estado para hacer frente al huracán.
"Se esperan inundaciones catastróficas en porciones del sur y sureste de Texas", advirtió el NHC.
En la mente de todos los estadounidenses permanece el huracán Katrina, que causó graves inundaciones y se cobró la vida de 1.800 personas cuando azotó la ciudad de Nueva Orleans (sur) en 2005.
Inundaciones devastadoras
Cientos de miles de habitantes de la costa del Golfo de Estados Unidos fueron llamados a abandonar sus hogares.
Corpus Christi, una ciudad de 300.00 habitantes sobre el Golfo de México y la primera en la trayectoria del huracán, se convirtió en un pueblo fantasma.
Los servicios de emergencia están en pie de guerra en la urbe, mientras que las autoridades temen por los vecinos que no quieren dejar sus hogares, a pesar de arriesgar sus vidas.
La Guardia Costera de Estados Unidos aseguró que ha rescatado por aire a doce personas de Corpus Christi, donde 26.000 habitantes se quedaron sin electricidad, según AEG Texas.
"Siempre hay gente que se quiere quedar, es su decisión, pero tienen que entender que se tendrán que quedar ahí hasta que pase la tormenta si necesitan ayuda", contó Matt Sebesta, un funcionario del condado de Brazoria, cerca de Houston.
- "Vete ahora" -
"Ve, vete ahora", dijo de su lado Patrick Ríos, alcalde de la pequeña ciudad de Rockport. Si el 60% de sus ciudadanos se retira, aconseja a los que están renuentes a que se "marquen el número de Seguro Social en su brazo indeleblemente" para que puedan ser identificados en caso de muerte.
"Texas está a punto de padecer un desastre muy importante", vaticinó a CNN Brock Long, director de la agencia federal de gestión de emergencias (FEMA). "La ventana de evacuación se está cerrando rápidamente", advirtió.
El paso de Harvey sacudió los mercados petroleros, provocando un alza en el precio del crudo por el posible impacto de la tormenta en este estado de fuerte extracción de oro negro.
Corpus Christi, que concentra la mayoría de las refinerías de Texas, ordenó la evacuación voluntaria, mientras las evacuaciones fueron obligatorias en los poblados costeros de Port Aransas y Aransas Pass.
Sin embargo, muchos residentes decidieron enfrentar a Harvey. En Corpus Christi, las personas empacaban bolsas de arena para proteger sus casas de inundación.
Funcionarios de Houston, ciudad que también está en la trayectoria proyectada de la tormenta, dispusieron el cierre de las escuelas hasta el lunes.
Centro petrolero
Long, el jefe de la FEMA, dijo que el peligro mayor es la marejada, que puede subir entre 1,8 y 3,7 metros sobre el nivel regular del mar en las zonas más afectadas de la costa de Texas.
Con un tercio de la capacidad de refinación petrolera del país bajo amenaza, varias compañías energéticas evacuaron a su personal de las plataformas de petróleo y gas en el corazón de lo que se llama "The Refinery Row", o corredor de refinerías.
De acuerdo a la Oficina de Seguridad y Medio Ambiente, una plataforma de perforación petrolera en el Golfo de México fue evacuada, así como otras 39 plataformas que trabajan con personal a bordo. Éstas representan 9,5%% de la producción petrolera y 14,7% de la producción de gas natural en el Golfo.
En la vecina Luisiana la tormenta azotará durante varios días y puede afectar seriamente a Nueva Orleans, que con su sistema de diques es propensa a las inundaciones. El gobernador John Bel Edwards dijo que habló con el presidente Donald Trump, quien le "ofreció todo su apoyo".
El gobernador emitió una declaración de emergencia para todo el estado y se alistaron cientos de botes para emprender posibles rescates, así como medio millón de bolsas de arena para combatir las inundaciones.