Que se deben tomar decisiones “dolorosas” que determinarán si el Reino Unido se hunde o sale a flote de la actual crisis económica recordó el primer ministro británico, David Cameron, ante el congreso de su partido en Birmingham, en el que enfatizó en que son inevitables los tiempos de mayor austeridad.
Pero Cameron, que en el ecuador de su mandato está por detrás de la oposición en los sondeos de intención de voto, trató de tranquilizar a los conservadores sobre su determinación y de responder al mismo tiempo a las críticas de los laboristas sobre su insensibilidad.
"Pongamos de nuevo al Reino Unido en marcha ascendente", dijo bajo los aplausos de los militantes conservadores. "Construyamos una nación de aspiración", agregó.
La intervención de Cameron era considerada decisiva para su liderazgo, cuando su partido está dividido en torno a cuestiones como Europa y el aborto, y su cota de popularidad personal está cayendo.
También debe hacer frente a la progresión del líder laborista Ed Miliband, que en su propia conferencia la semana pasada trató de apoderarse del tradicional lema de los conservadores de que son el partido de "una nación".
El primer ministro previno sobriamente de los retos que enfrenta la séptima economía del mundo.
"A menos que actuemos, a menos que tomemos decisiones difíciles y dolorosas, a menos que mostremos determinación e imaginación, el Reino Unido podría no ser en el futuro lo que fue en el pasado", dijo.
"Porque la verdad es esta. Hoy estamos en una carrera global y eso significa la hora de la verdad para países como el nuestro. Hundirse o nadar, actuar o decaer", declaró ante la mirada de su esposa Samantha.
Pero dijo que el Reino Unido podría todavía "ganar en el duro mundo actual" si siguiera el ejemplo de China y de otros países emergentes como India y Brasil, e hiciera una economía menos "pesada y rígida".
Cameron confirmó que habría recortes en el sistema de bienestar, alegando que la recuperación estará basada en "trabajo duro, familias fuertes, asumir responsabilidades y servir a los demás".
Pero rechazó las acusaciones de una deriva a la derecha del partido antaño liderado por la Dama de Hierro Margaret Thatcher, y trató de presentar un "conservadurismo compasivo".
El líder 'Tory' incluyó una nota personal y se emocionó al hablar de su hijo minusválido Iván, fallecido en 2009 con sólo seis años de edad.
También mencionó a su padre, Ian, fallecido pocos meses antes de su llegada a Downing Street en 2010, quien superó haber nacido sin talones y se convirtió en un exitoso corredor de bolsa y líder comunitario.
"Trabaja duro. La familia primero. Devuelve a la comunidad", dijo.
El discurso fue acogido con agrado por los militantes, que esperaban una buena actuación de Cameron para impulsar el partido con miras a las elecciones de 2015./AFP