La subsecretaria estadounidense de Estado, Roberta Jacobson, expresó estar "decepcionada" por el amplio rechazo en América Latina a las sanciones de Washington contra Venezuela, aunque reconoció que el tema evoca roces históricos con la región.
"Estuve un poco decepcionada que no hubo más (países) que defendieran el hecho de que (las sanciones) claramente no buscaban perjudicar al pueblo venezolano ni a todo el gobierno y no explicaran, como nosotros les explicamos previamente, que el objetivo era muy, muy, limitado", dijo Jacobson.
El 9 de marzo, el presidente estadounidense Barack Obama calificó a Venezuela de "amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos" y ordenó bloquear las cuentas en ese país y negar la entrada a siete altos funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro.
Gobiernos de la región y organismos como la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la alianza de gobiernos izquierdistas Alba, rechazaron las medidas y pidieron a Obama que las derogue.
Jacobson reconoció que "aunque pudo haber otras maneras" de presentar el decreto, las sanciones unilaterales de Washington "nunca serán apoyadas" por los países de América Latina -incluso sus aliados-, sensibles a la historia de intervencionismo estadounidense en la región.
El tema amenaza con convertirse en el aguafiestas de la Cumbre de las Américas la semana próxima en Panamá, llena de expectativa por el estreno en ese foro de Cuba en medio del aplaudido acercamiento de la isla con Estados Unidos.
Pero Jacobson dijo que Washington esperaba que la polémica por las sanciones desapareciera durante la cumbre, y descartó que la situación venezolana sea un tema de discusión en Panamá.
Washington ha denunciado la situación política en Venezuela, especialmente la detención de varios líderes opositores como Leopoldo López y la represión contra protestas antigubernamentales, que dejaron 43 muertos en 2014.
Jacobson reiteró que Estados Unidos había esperado por los resultados de una iniciativa de cancilleres de Unasur el año pasado para aliviar las tensiones políticas en Venezuela tras las manifestaciones.
Pero la paciencia se fue agotando porque "era difícil ver que habría un proceso externo atractivo, y no había un proceso interno en Venezuela", donde incluso otros dirigentes opositores fueron detenidos, dijo Jacobson.