La zona euro creció un 0,2% en el primer trimestre de 2014, gracias principalmente a la pujanza de Alemania, que contrasta con el estancamiento de Francia y otros países, que dejaron el promedio muy por debajo de las expectativas.
Los analistas, que apostaban por un crecimiento trimestral de 0,4%, consideron el resultado obtenido como una "gran decepción", que aleja la perspectiva de alcanzar la velocidad de crucero necesaria para afianzar la reactivación.
Alemania fue, otra vez, el motor del bloque monetario de 18 países, con una expansión de su PIB de 0,8%. Los analistas suponen que se debe al invierno suave que vivió este año Europa, que se suma al consumo de los hogares y la inversión, principales sostenes para el crecimiento en la primera economía de la zona.
España y Bélgica también apuntalaron el resultado, en ambos casos con un crecimiento de 0,4%.
Pero Francia, Italia y particularmente Holanda, respectivamente segunda, tercera y quinta economía de la zona euro, fueron las grandes sorpresas negativas.
- Francia estancada, Italia y Holanda en rojo -
La economía francesa no se movió. Las cifras "fueron más flojas de lo esperado", destacó el Crédit Suisse.
Los datos son decepcionantes tanto para el consumo (-0,5% en el primer trimestre) y la inversión (-0,9%) como para el comercio exterior (que sustrajo 0,2% al crecimiento) y hubieran sido peores "sin el considerable aporte de las reservas" de materias primas y bienes semiterminados, añade el banco.
Esto "no es un presagio de buenos augurios para una aceleración significativa en los próximos trimestres" en Francia, sostienen los analistas de esa institución.
En cuanto a Italia, el PIB volvió al rojo, con una contracción de 0,1%, tras haber crecido 0,1% en el último trimestre de 2013. Los analistas señalan que la economía italiana no sólo está atrasada respecto a la recuperación de sus socios sino que "tiene dificultades para reactivarse", aunque podría registrar mejores resultados en los próximos meses.
Holanda fue la gran sorpresa. Su PIB cayó 1,4% en el primer trimestre, aunque se explica porque el país "se vio penalizado por una menor demanda de gas natural", indicó Peter Vanden Houte, del banco ING.
"En rasgos generales la economía subyacente (de Holanda) debería continuar su recuperación, con la inversión en alza, impulsada por la construcción y la maquinaria", estima el Crédit Suisse. Según los datos de Eurostat, Holanda registró en el último trimestre de 2013 un crecimiento de 1%.
Portugal, que el sábado saldrá oficialmente de su programa de rescate financiero por el que recibió una ayuda de 78.000 millones de euros -a cambio de fuertes recortes y reformas-, registró un crecimiento negativo de 0,7%, luego de que su economía se expandiera 0,5% en el último trimestre de 2013.
Los analistas atribuyen esa cifra a una contracción de las exportaciones y un aumento de las importaciones.
Como corolario, Eurostat revisó a la baja el crecimiento en el cuarto trimestre de 2013 en la zona euro, de 0,3% a 0,2%.
- Un resultado decepcionante -
La eurozona salió en el segundo trimestre de 2013 de 18 meses de recesión, con un crecimiento de 0,3, pero el impulso se paró pronto puesto que su PIB creció apenas un 0,1% en el ejercicio siguiente y un 0,2% en el último del año.
El crecimiento del primer trimestre de 2014 "constituye una gran decepción", lamentó Peter Vanden Houte.
Los datos "sugieren que la Eurozona sigue lejos de alcanzar la velocidad necesaria para un crecimiento sostenible", añadió.
"En general, las cifras apuntan hacia una reactivación muy lenta que no ayudará para frenar o reducir los riesgos de deflación", estimó Jennifer McKeown, de Capital Economics.
Y aumentan nuevamente la presión sobre el BCE para que tome más medidas de estímulo económico en su próxima reunión de junio.
El resultado del primer trimestre "debería alentar al BCE a recortar sus tipos de interés el próximo mes y a preparar una flexibilización cuantitativa [quantitative easing: medidas de estímulo monetario] para utilizar en un futuro próximo", agregó McKeown.
Peter Vanden Houte estima que para respaldar el crecimiento y alejar el riesgo de deflación -que se traduce por el estancamiento de los salarios, el aplazamiento de las decisiones de compra y el consiguiente desaliento de las inversiones- "hay que evitar a toda costa una nueva apreciación del euro", que se cambiaba esta mañana en 1,3660 dólares.
El BCE manifestó la semana pasada su preocupación por la cotización del euro y dio a entender que estaba lista para actuar en junio si fuera necesario.
Eurostat confirmó asimismo este jueves una inflación anual de 0,7% en abril, lejos aún de las recomendaciones del BCE de un índice de precios cercano a 2%.