¿Debería descentralizarse estatuto de oposición ?
La posibilidad de que se reinicie la discusión del estatuto de la oposición quedó nuevamente sobre la mesa después de que a finales de febrero pasado el ministro del Interior, Germán Vargas, se comunicó con la presidenta del Polo Democrático, Clara López, para invitar a la colectividad a que volviera a ese diálogo.
Hoy el Polo es la única colectividad que declaró su oposición al gobierno Santos, que logró poner de su lado a cinco principales partidos aglutinados en la denominada Unidad Nacional.
En los primeros meses del año anterior el Polo dejó conversando solo al Gobierno en la discusión, que desde el año 2010, habían iniciado para sentar las bases de un proyecto que condujera a que por primera vez el país contara con un estatuto que diera las garantías a la oposición en cuanto a participación y disenso.
El Polo tomó esa decisión porque en el proyecto de reglamentación de la reforma política de 2009 se proponía modificar la forma como se establecía el censo electoral, de tal manera que solo harían parte del mismo para los comicios regionales de 2011 las nuevas cédulas y los ciudadanos que votaron en las elecciones presidenciales de 2010.
Esta disposición, consideró el Polo, era contraria a sus intereses porque precisamente esta colectividad llamó a su militancia a la abstención en los comicios presidenciales de 2010.
La presidenta del Polo dijo ante la invitación del Gobierno que “tenemos plena disposición de buscar y llegar a acuerdos con el Gobierno Nacional y con la bancada mayoritaria de la Unidad Nacional”.
Por su parte, el senador Eugenio Prieto, del Partido Liberal, valoró la intención del Gobierno de construir un estatuto de la oposición, mas consideró que su discusión debe ir más allá del ámbito partidista.
“Considero necesario que el proceso de concertación para construir una propuesta de Estatuto de la Oposición, se extienda al ámbito territorial, a las asambleas departamentales, a los concejos municipales y otras instancias de la sociedad civil, como condición necesaria para el ejercicio adecuado de la oposición en todos los niveles del Estado, es decir, para fortalecer la democracia desde lo local y regional”.