Un debate de control político sobre la multiplicación de los “cartuchos” y “ollas” en Bogotá anunció el concejal Felipe Ríos, de Cambio Radical.
De acuerdo con el cabildante, contrario a la percepción de seguridad que fue divulgada esta semana en Bogotá, la ciudad parece vivir hoy las consecuencias de lo que originalmente se conoció como el “cartucho”.
Ríos dijo que la Policía Metropolitana reconoce el aumento del narcomenudeo en la ciudad y según la información de las autoridades Bogotá cuenta hoy con 4 minicartuchos: El Bronx, detrás de la iglesia del Voto Nacional y de un batallón militar; un sector del barrio María Paz, en Kennedy; el barrio San Bernardo, en la localidad de Santafé; y en el barrio Las Cruces.
“A pesar del reconocimiento de las autoridades, el expendio y consumo de drogas se realiza en la más completa tranquilidad incluso bajo las cámaras de seguridad de la policía instaladas en las puertas de entrada de estas zonas”, denunció el concejal Ríos.
Pero esta situación no es exclusiva de estos grandes “cartuchos” que son el eje de la distribución de cerca del 90 por ciento de la droga que se expende a manera de narco-menudeo en Bogotá, en las zonas residenciales los habitantes empiezan a padecer esta problemática con las “ollas” que se han ido creando a las puertas de los hogares bogotanos.
La Policía Metropolitana reconoce ollas en zonas residenciales en 8 localidades de Bogotá: Usaquen, Chapinero, Suba, Usme, Tunjuelito, Bosa, Kennedy y Barrios Unidos, dijo el concejal Ríos.
El cabildante realizó un recorrido por los puntos señalados por las autoridades como reconocidos y encontró que a pesar de su plena identificación funcionan sin problemas: “Ante esta falta de control de la autoridad se va volviendo cotidiano encontrar jíbaros y consumidores en las puertas del hogar y lo que es menos aceptable es que a pesar del reconocimiento de las autoridades no se trate de poner freno a la situación. Las ‘ollas’ están proliferando en Bogotá y eso es un indicador directo de la seguridad”.