“No estamos preocupados en este momento por un fenómeno de burbuja hipotecaria. Por el contrario queremos seguir estimulando la construcción de vivienda en el país”, manifestó este fin de semana el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, al descartar que Colombia esté al borde de un fenómeno de este tipo, como el que sacudió las economías de Estados Unidos o España.
Se estima que hay burbuja cuando se incrementa exagerada e injustificadamente el precio de los inmuebles. Las alertas se encendieron ante los altos precios de vivienda en algunos estratos y ciertas ciudades.
En 2012 el precio promedio de la vivienda nueva en Colombia (que incluye casas y apartamentos) reportó un aumento de 11,33 por ciento, alrededor de nueve puntos por encima de la inflación de ese año, que apenas llegó a 2,44 por ciento, según el DANE, lo que generó preocupación en la Junta Directiva del Banco de la República, que señaló preocupación por la cifras en Bucaramanga (24,09 por ciento), en Barranquilla (11,26 por ciento) y en Bogotá (12,78 por ciento).
Dicho incremento en ese segmento de la construcción le hizo pensar a la Junta del Emisor que el país podría estar experimentando una burbuja inmobiliaria.
Aunque se acepta que aún no hay burbuja inmobiliaria, los altos precios mantienen prendidas las alertas.
Al respecto, el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, ha dicho que “si ven los desarrollos económicos en los últimos años, observarán que en el periodo de Uribe creció, de manera espectacular, el precio de la tierra, el costo de la ciudad, pero en un fragmento de la misma, barrios como Rosales, Cabrera, y algo hacia el aeropuerto El Dorado. Un proceso de especulación inmobiliaria intenso, que beneficia a menos del uno por ciento de la población, sector que no hace un esfuerzo tributario medible en el impuesto predial. Nosotros presentamos una reforma tributaria buscando grabar ese crecimiento especulativo, grabar parte de esa renta especulativa, para socializar esa renta”.