Para el  senador Juan Mario Laserna, del Partido Conservador, las circunscripciones especiales de paz acordadas en el segundo punto de participación política en la negociación entre el Gobierno y las Farc, que siempre tienen como propósito reflejar unas realidades políticas locales, "esto se debe dar de una manera transparente que refleje a las víctimas, a los grupos que han sido perjudicados y no simplemente a los alzados en armas".

"Esto es parte de una negociación política que toca ver hasta qué punto la sociedad está dispuesta a aceptar y hasta dónde se va a llevar y con qué composición", precisó.

Por su parte, el senador Jorge Robledo, del Polo Democrático, expresó que "esto no va arreglar todos los problemas del país, además hay ofensas muy grandes, heridas, sufrimientos, dolores, pero si al futuro tenemos menos violencia ese va a ser un hecho positivo".

Uno de los más acérrimos críticos del acuerdo sobre circunscripciones especiales de paz es, como era de esperarse, el expresidente Álvaro Uribe.

El expresidente Uribe afirmó que “permitir que un grupo armado haga política y decirles a los ciudadanos que compitan con ese grupo armado, es condenar a los ciudadanos a que ese grupo armado los someta”.

“El país ha vivido estos engaños, y por eso hay que llamar la atención para que no se repitan”, advirtió Uribe, recordando que los jefes guerrilleros Luciano Marín, alias Iván Márquez, y Carlos Enrique Cardona, alias Braulio Herrera, estaban en el Congreso mientras la guerrilla seguía asesinando a la población. Eso fue durante el proceso de paz del Gobierno de Belisario Betancur, en el que Marín y Cardona fueron elegidos en las listas de la Unión Patriótica junto a numerosos concejales y diputados provenientes de diversas colectividades, incluso del liberalismo y el conservatismo.

Las armas, sostuvo Uribe, “las dejaban allá afuerita mientras entraban al Congreso, pero nunca las entregaron. Seguían matando a los colombianos y eso es lo que no se puede permitir”.