El viceministro de Defensa para las Políticas y Asuntos Internacionales, Jorge Enrique Bedoya, aclaró que no existe un uso “masivo e indiscriminado” de los dispositivos electrónicos de letalidad reducida o pistolas eléctricas Taser, utilizados por la Policía desde 2009.
El funcionario manifestó que los agentes portadores de esta clase de elementos deben someterse a 40 horas de capacitación, en las que les explican las restricciones para su uso.
Bedoya aseguró que el entrenamiento sobre el protocolo de uso ha sido implementado desde que se adquirieron los primeros ejemplares hace cinco años, fecha desde la cual se han utilizado en 42 ocasiones, sin que se tenga registro o denuncia de algún daño a la salud.
Además, los dispositivos están compuestos por un sistema que registra el nombre de su portador y el tiempo de uso, información que garantiza el cumplimiento del protocolo por parte de la Policía Nacional.
“Hay 186.000 policías en todo el país y solo existen 400 dispositivos. En Bogotá, hay 17.000 policías al servicio de los ciudadanos y 100 pistolas Taser. La utilización de estos elementos se hace dentro del profesionalismo y una valoración de hechos en respeto a los Derechos Humanos, pues lo que hace la Policía es proteger la vida”, concluyó Bedoya.
En contraposición, el representante por Bogotá, Alirio Uribe, vocero del Polo Democrático en la Cámara, resaltó que la utilización de los mencionados dispositivos ha sido declarada como tortura según Naciones Unidas y va en contravía “de la firma por parte del Estado colombiano de la Convención Mundial contra este delito de lesa humanidad, que impone además tomar medidas judiciales, administrativas y legislativas, para evitarla”.
Uribe discutió la manera en que la Policía Nacional ha defendido su uso basado en estudios realizados por la propia empresa norteamericana que las produce: “Hay investigaciones de Estados Unidos y Canadá que reportan 543 casos de muerte por la utilización de estas armas, de los cuales, sólo en 25, las personas estaban armadas”.