De tumbo en tumbo | El Nuevo Siglo
Lunes, 4 de Marzo de 2013

Primero fue el paro de camioneros, en agosto de 2010, en los albores de la administración Santos, crisis que mitigó desde el ministerio de Transporte el hoy embajador en el Vaticano, Germán Cardona.

 

Sin embargo, el 1 de marzo último, en el fragor del paro cafetero, el inexperto ministro de Minas, Federico Rengifo, sin medir el impacto de su decisión, decretó un alza en los precios de la gasolina y el ACPM, lo que ocasionó la ira de los camineros que resolvieron ir a un paro, generándole nuevos problemas al gobierno. Como quien dice, “tras de gordos, hinchaos y con paperas”.

 

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La tormenta perfecta. El senador Jorge Enrique Robledo dijo sobre las protestas campesinas que han generado caóticas situaciones en medio país: “¿Cómo explicar que cien mil cafeteros honrados, inteligentes y trabajadores de once departamentos hayan tomado la muy difícil decisión de pararse en las carreteras de Colombia, al sol y al agua y bajo la fuerte represión oficial? Santos y Juan Camilo Restrepo explican el paro por manipulaciones de distinto orden, cuento insostenible que implica considerar idiotas a los campesinos, indígenas, empresarios y jornaleros apostados en las vías. Otros pensamos que lo que precipita un fenómeno sin antecedentes es que en las zonas cafeteras cunde el hambre, el desempleo, la desesperanza y la irritación, por causa de varios factores: la baja simultánea, y en proporciones del 40 por ciento en cada caso, del tamaño de la cosecha y del precio interno de compra, que imponen producir a pérdida”.

 

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Críticas al manejo. Según Robledo, la soberbia y torpeza con la que el gobierno ha respondido a las peticiones del Movimiento por la Dignidad Cafetera ha hecho que sea incapaz de entender lo que se venía y no tomó correctivos de fondo, a pesar de las señales: debates en el Congreso, plantones en varios departamentos y en Bogotá, un aviso en El Tiempo que advirtió que iban hacia un paro, el casi inicio de un cese de actividades en el Huila y la movilización cafetera a Manizales, en agosto, con treinta mil productores de todo el país y que acompañaron una decena de congresistas de todos los sectores políticos, la cual aprobó enviarle un petitorio a Santos, que nunca respondió.

 

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Alzas inoportunas. Preocupado se mostró el senador Luis Fernando Velasco frente al nuevo incremento de 126 pesos en la gasolina y 159 pesos en el diesel.

Según el congresista caucano, “es insensato que un país productor de petróleo siga sujeto a los precios internacionales, siendo exportador de crudo”.

Velasco recordó que esta es una medida que choca directamente con la economía familiar de los colombianos y que “estamos en una coyuntura nacional en donde no es conveniente generar provocaciones injustificadas a la ciudadanía”. Insistió en la necesidad de abrir un debate nacional para constituir una fórmula justa que sea pensada para la ciudadanía y no para el bolsillo de los accionistas de Ecopetrol y de otras petroleras. Y terminó recordando el adagio bíblico “Pedro, ¿las cosas como están y tú cortando orejas”